La creación de empresas y el sostenimiento de las ya existentes son fundamentales para el desarrollo del país, ya que gracias a esto se genera empleo, crece el Producto Interno Bruto, se reducen las brechas en desigualdad, se promueve la innovación y, por ende, incrementa la calidad de vida de las personas. Así lo afirma Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario y experta en competitividad.
El sector empresarial en Colombia enfrenta grandes retos. Las empresas han tenido que tomar medidas de transformación, así como adaptar sus modelos de negocio ante los cambios que llegaron para el mundo con la pandemia de covid-19.
Según la séptima encuesta anual “Visión Mipymes 2021”, realizada por la compañía Brother International Corporation, esta vez enfocada en Colombia, casi la mitad de las empresas colombianas que participaron en el estudio afirmaron que la pandemia ha tenido un gran impacto en su negocio.
Estas dijeron sentir la presión en sus resultados económicos y más de la mitad tuvo que reducir el tamaño de su nómina. Y aunque muchas empresas afirmaron recibir ayuda externa para superar la situación, más de un tercio de los encuestados dijo que no había recibido el apoyo necesario. (Ver gráfico).
Ante esta situación, se hace cada vez más necesario incentivar y motivar al empresariado. EL COLOMBIANO consultó con algunos expertos sobre las mejores opciones para que el sector empresarial siga creciendo y cómo se traduce esto en beneficios para el país.
Aspectos que motivarían
Para Andrés Montoya, director ejecutivo de Interactuar, corporación de desarrollo social que acompaña a emprendedores y empresarios, es fundamental la creación y promoción de la cultura empresarial en el país, con el fin de que más personas se movilicen hacia el sector.
“Es necesario mostrar que sí es posible crear empresa, que sí es posible ser exitoso. Por ejemplo, con programas como los ‘rockstar’ del emprendimiento, algo que se ha hecho en muchas partes del mundo. Allí se muestra cómo algunos iconos han podido sacar sus empresas adelante. Hay un tema muy importante y es la cultura del fracaso y resiliencia: si me caí, yo me puedo levantar y puedo salir adelante. Muchos de los grandes empresarios se han caído muchas veces, pero se han vuelto a levantar”, expresó Montoya.
Por otro lado, Jonathan Quintero Cataño, gerente de proyectos de Estrategia en Acción, afirmó que uno de los principales factores a trabajar para incentivar a los empresarios es tener un ecosistema de negocios que no se volátil.
“Los empresarios lo que buscan es tener reglas claras, porque cuando uno busca montar un negocio o una empresa sabe que no es un tema coyuntural sino que será para muchos años, entonces lo que más incomoda es que cambien las reglas de juego. Por eso es necesario que haya estabilidad legal y tributaria; es decir, que el marco en el que uno se mueva sea estable en el tiempo”, indicó.
De acuerdo con esto, Pardo apuntó que tener claridad en estas “reglas de juego” es lo que permitirá proyectar los negocios con los flujos de caja esperados y así analizar más fácil los requerimientos para mantener la empresa y, en su caso, las bondades que tiene emprender.
Asimismo, Pardo explicó que algunas de las medidas que habría que trabajar para incentivar el sostenimiento de una empresa o su creación son el apoyo institucional, con respecto a facilidades crediticias; la provisión de sitios desarrollados para la construcción de parques industriales, así como de programas de capacitación; la asistencia para la comercialización nacional y las exportaciones; incentivos especiales para la creación de empresas en zonas menos desarrolladas y programas de consultoría técnica especializada.
En cuanto a otras estrategias que ayudarían a los empresarios a enfrentar los entorno de incertidumbre, Lina María Echeverri, directora de marketing de la Universidad del Rosario, resaltó el apoyo de acciones para la retención de talento dentro de las organizaciones; unirse con las universidades para perfeccionar conocimientos a la vanguardia, que sean útiles para el crecimiento del negocio y redefinir estrategias de crecimiento orientadas a la diversificación como, por ejemplo, aprender a renunciar a productos que ya no tienen demanda e incorporar la innovación disruptiva en su filosofía corporativa.