$392
el dividendo por acción que la junta de ISA propuso pagar en dos contados en 2017.
Con el compromiso de concluir o avanzar en la construcción de grandes líneas de transmisión de energía en Colombia, Perú, Chile y Brasil, el Grupo ISA prevé incrementar este año, en 41,7 % su plan de inversiones frente a 2016: pasarán de 3,01 billones de pesos a 5,17 billones.
Así lo anticipó en entrevista exclusiva con EL COLOMBIANO el presidente de la multilatina, Bernardo Vargas Gibsone, Precisó que solo en proyectos de transporte de energía eléctrica se destinarán 4,86 billones de pesos, es decir, 94 % del total de inversión.
Se destinarán otros 167 mil millones al negocio de infraestructura de telecomunicaciones (fibra óptica), mediante su filial Internexa; a concesiones viales, en Chile, por ahora, irán otros 95 mil millones; y en la línea de sistemas de gestión en tiempo real (con su filial XM) se invertirán 49 mil millones.
Si el grueso de inversión durante 2016 estuvo en Chile (1,15 billones de pesos) y Perú (1,12 billones), este año será más equilibrada: liderará Brasil (1,43 billones), seguida de Colombia, en que se triplicará (1,42 billones), y no dejará de ser relevante en territorio inca (1,18 billones) y el país austral (1,13 billones).
Pero esa hoja de ruta está supeditada, en transmisión de energía, a permisos ambientales pendientes, que han demorado el cronograma de obra. Es el caso de la línea de alto voltaje para interconectar la central hidroeléctrica Ituango (EPM).
En las cuentas de ISA, las demoras de estos trámites en ese megaproyecto ajustan a hoy 244 días, más de ocho meses, y por eso Vargas Gibsone cruza dedos de que se obtenga licenciamiento a finales de este mes o comienzos de abril.
Entre tanto, ISA continúa ampliando su huella. De un lado, adquirió parte de Taesa, compañía transmisora de energía que tiene activos complementarios a los su filial CTEEP, en el sur de Brasil. Por otro lado, entró como socio de Andean Tower Partners (ATP), firma especializada en antenas de señal de celulares, negocio que amplía las perspectivas de Internexa en la región (ver Radiografía).
Mientras se consolidan esas capitalizaciones, los cerca de 38 mil accionistas de ISA, la gran mayoría colombianos, deben estar de fiesta, empezando por el Gobierno, que tiene el 51,41 % de propiedad. El martes pasado la junta directiva aprobó la propuesta de distribuir este año 434.210 millones de pesos, es decir, 21 % de la utilidad obtenida en 2016. Se haría a razón de 392 pesos por acción, 36 % más que el año anterior. Así las cosas, el Gobierno recibiría unos 223.233 millones de pesos.
Luego de 20 meses de estar el frente de esta multilatina y teniendo “rentabilidad” como una de sus palabras favoritas, así respondió Vargas Gibsone sobre el futuro de los negocios de ISA.
Superada la controversia con el regulador de energía de Brasil, ¿los $5,5 billones de compensación significarán más dividendos para los accionistas?
“Hay que tener en cuenta que esos recursos no son caja. Acorde a las normas internacionales (Niif), lo que se aprecia en los resultados de 2016 es solo un reconocimiento contable de que habrá unos ingresos futuros que se recibirán durante los próximos 8 años, a partir de julio de 2017. De otro lado, ISA ha tenido un pago de dividendos consistente y responsable a lo largo del tiempo. Y tenemos muy claro que no vamos a descapitalizarnos o endeudarnos por pagar más dividendos”.
Luego de los $3 billones de 2016, ¿de cuánto serán las inversiones este año?
“De unos 5,17 billones de pesos, una muy buena parte para transmisión de energía, pues estamos en un año de obras muy grandes. Tenemos el desafío de terminar las líneas de transmisión Mantaro-Montalvó, en Perú, de Cardones-Polpaico, en Chile, que se reflejarán en mejores ingresos más adelante. Además nos ganamos en octubre tres convocatorias en Brasil con una inversión total de 358 millones de dólares y deberán estar listos entre 2018 y 2019. Al tiempo, seguimos dándole fuerte a la línea de transmisión de Ituango que nos ganamos hace dos años a través de Intercolombia (filial). Si todos estos planes funcionan, podríamos ver en 2018 crecimientos de ingresos del 20 %”.
¿Se superaron retrasos por permisos ambientales que tenía línea de Ituango?
“Aún no. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) se tomó más tiempo del estipulado en la aprobación del Diagnóstico Ambiental de Alternativas. Ahora se adelantan reuniones con Corantioquia para agilizar el levantamiento de vedas ambientales y hacer unas sustracciones de reserva, al igual que con el Ministerio de Ambiente de unas vedas nacionales. Esos trámites los exige la Anla para otorgar la licencia”.
¿Cuál es la fecha crítica para tener licencia y entregar la línea a tiempo?
“Las demoras nos han significado hasta ahora un retraso de más de ocho meses en el cronograma de puesta en servicio del proyecto. Eso nos tiene preocupados y nos implica sobrecostos. Esperamos tener licencia a inicios de abril para ejecutar un plan de choque de construcción, de manera que el primer tramo del proyecto esté listo y operando en agosto de 2018 y que la energía de Ituango sí pueda salir”.
De otro lado, se aprecia todavía una alta dependencia de los resultados del negocio de transmisión, ¿le inquieta ese desequilibrio frente a otros negocios?
“Es deseable tener un portafolio equilibrado en negocios y países, pero no se puede olvidar que ISA proviene del negocio de transmisión y su peso ha bajado a 73 % de los ingresos. Desde 2012 se ha hecho énfasis en ISA en crecer, pero con rentabilidad, por eso si ahora aparece un buen negocio que aumente el aporte de transmisión, bienvenido sea. Además hay fuentes de crecimiento en telecomunicaciones y concesiones que, en mediano y largo plazo, permitirá tener más diversificación”.
¿Cómo van las concesiones viales en Chile?
“Hay concesiones que se vencen antes del año 2020 y por eso estamos proponiendo al Ministerio de Obras Públicas mejoras adicionales en estas carreteras y las remunere con más plazos. Al tiempo, seguimos pensando en adquisiciones, participar en convocatorias nuevas y en alianzas público-privadas (APP) con el Gobierno”.
¿Qué limita a ISA a dar el paso para invertir en concesiones viales en Colombia?
“No tenemos afán, pues no somos constructores, sino concesionarios. Por eso ingresaríamos cuando ya estén en operación. Nos han llegado proyectos en construcción con un nivel de riesgo interesante. Pero está prendido el radar sobre las vías del país”.
¿Este sí será el año de ISA para sumar nuevas geografías en América Latina?
“Hemos visto que en los negocios y países donde estamos aún hay mucho margen de crecimiento. Por ahora, zapatero a tus zapatos, a no ser que traigan un zapato muy fino. Seguimos mirando países como Argentina, y llevamos dos años y medio evaluando México, donde habrá una convocatoria que saldría a mediados de este año, ya veremos”.
¿El proyecto de interconexión eléctrica con Panamá sigue en el congelador?
“Antes era interesante para Panamá tener la hidroenergía generada en Colombia, pues era más económica. Pero se instaló una regasificadora allá que facilita energía termoeléctrica más barata, por lo que no paga llevar energía desde aquí. Esto replantea la forma de remuneración de la línea. Y hasta no tener autorización de comunidades indígenas y el gobierno panameño, pues no hay luz al final del túnel”.
$1,42
billones suman inversiones previstas por ISA para este año en territorio colombiano.