Hay tres características que cimientan las cooperativas de trabajo asociado: la autonomía, la autodeterminación y el autogobierno administrativo. Esas cualidades son las que resalta Luis Germán Pineda Duque, profesor de la Universidad Cooperativa de Colombia (UCC) en el área de Economía y con énfasis en economía solidaria, y a las que les agrega el detalle de que, quienes las conforman, son quienes “asumen los riesgos que pueda presentar la organización”.
El docente define este tipo de cooperativas como “un grupo de personas que se reúnen libre y autónomamente para realizar actividades o labores físicas, bien sea materiales intelectuales o científicas con el fin de producir un bien común, ejecutar obras o prestar servicios para satisfacer las necesidades de sus asociados y por ende de la comunidad en general”.
La dinámica de estas entidades se mueve alrededor de los beneficios que se puedan ofrecer a los asociados y al cumplimiento de tareas específicas en el sector de la economía donde se desempeñen, pues pueden ser de salud, educación, transportes, impresos, entre otros.
Jorge Hernando Leal Ussa, Secretario General de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop), explica que el objetivo principal del trabajo asociado cooperativo “es crear y mantener puestos de trabajo sostenibles que permitan generar ingresos individuales y riqueza colectiva, mejorar la calidad de vida de los asociados trabajadores, dignificar el trabajo, garantizar el acceso de los trabajadores a la gestión democrática y a la cooperativa y promover el desarrollo comunitario y local”.
Agrega que la propiedad de una cooperativa de trabajo asociado es colectiva y no solo busca beneficiar de manera equitativa a los asociados “sino también cumplir un precepto democrático que deberían acatar todas las empresas: darle a la propiedad de los medios de producción una función social que favorezca el desarrollo integral de la sociedad local y nacional”.