La ministra de Agricultura, Cecilia López, aseguró que un buen mensaje que debe entender la ministra de Minas, Irene Vélez, es que “a mí me enfurece que nosotros los países en desarrollo adoptamos el discurso de los países ricos, entonces estamos defendiendo que hay que defender el mundo, etcétera, y no se dan cuenta que lo que nos están exigiendo a nosotros es exactamente lo que ellos no hicieron. Los países ricos hicieron la revolución verde, planearon todo lo que nos están pidiendo que usemos y con eso lograron la productividad que nos ha sacado del mercado, y nosotros somos tan ingenuos que repetimos eso como unos loros”.
Y continuó: “Hay una manera linda de decirlo, la transición energética es imposible sin la transformación productiva, y la transformación productiva en Colombia es imposible sin la recuperación del sector agropecuario”.
Esta apreciación la pronunció durante el Gran Foro de Perspectivas Económicas 2023 de EL COLOMBIANO, que también tuvo espacio para hablar de la agroindustria.
El panel Retos y desafíos del sector agroindustrial en Colombia fue moderado por Luz María Sierra, directora de EL COLOMBIANO, y contó con la participación de Cecilia López, ministra de Agricultura; Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia; Santiago Piedrahita, presidente del Grupo Bios; Camilo Montes, director de la Cámara de Alimentos de la Andi, y Ángela Penagos, presidenta de Finagro.
La ministra de Agricultura, Cecilia López, quien justo el martes celebró su cumpleaños número 80, aseguró que el agro era el 17% del PIB antes de la apertura económica y ahora es el 5%, la idea era que había que importar alimentos porque eran más baratos, y hoy estamos importando alimentos que son muy claves. El año pasado el sector creció -1,2%, siendo el único sector con un resultado negativo.
De acuerdo con Orozco, en Colombia tenemos uno 0.87 de concentración de riqueza, cuando 1 % es que la tierra está en manos de una sola persona. “El tema central es empezar a redistribuir la tierra en la costa Caribe y el Magdalena Medio. Ya empezamos a repartir las tierras, aquí el problema no es de plata, sino de disponibilidad de tierras, lo de Fedegán está muy lento. Si logramos comprar 1,5 millones de hectáreas es una revolución, pero hay que hacerlo muy bien, es un esfuerzo que se debe extender a dos gobiernos”.
Al respecto, Piedrahita, presidente del Grupo Bios, consideró que la tierra sola no sirve, pues se requiere que sea productiva, “si la tierra no es productiva y no cuenta con los bienes públicos no sirve para nada”.
Un tema crítico es el miedo al riesgo, por eso el aseguramiento es tan importante, y en “ello nos estamos enfocando”, dijo Orozco.
Penagos, de Finagro, hizo hincapié en el subsidio al seguro agropecuario que ayudará a mitigar las perdidas cuando esos riesgos se materializan.
Jorge Bedoya, presienta de la SAC, valoró que la ministra esté, personalmente, en las juntas directivas de las entidades y que no esté politizando las entidades. A lo que la alta funcionaria contó que un parlamentario le dijo que tenía 40 cuotas en el Ministerio, “entonces yo saqué a 39 y dejé a uno, que era el que servía”.
El dirigente gremial agregó que no solo con tierra y agua se hace el agro, se requiere gente, no hay talento suficiente para las unidades productivas. “Yo estoy viendo muy sola a la ministra, necesitamos que la acompañen todos los ministros, el de Transporte, el de Vivienda, pero no solo que la acompañen sino que se deje ver con las inversiones y con proyectos”, anotó Bedoya.
A lo que la ministra pidió que la ayuden a jalonar en el Plan Nacional de Desarrollo su propuesta de gabinete del agro, “en él están todos los ministros y lo preside el presidente Petro, que es el que le da las órdenes a los ministros”.
Santiago Piedrahita, presidente de Grupo Bios, aseguró que le preocupa la reforma laboral que se está discutiendo en el Congreso, pues, según su lógica, “si los costos de producción se aumentan el 33%, eso se va a ver de inmediato en el plato de los colombianos, pues si la demanda se mantiene los trabajadores no serían despedidos porque son necesarios para producir, pero esos nuevos costos los asumirá el consumidor.