La decisión tomada por mayoría en la reunión de la junta directiva del Banco de la República, de elevar su tasa de interés de 9% a 10%, tiene a las familias haciendo cuentas sobre cómo maniobrar de cara al remate de año, dado que esta alza hará que los préstamos sean más caros.
Tras la sesión, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo; y el gerente del Emisor, Leonardo Villar, explicaron que buena parte de la discusión estuvo centrada en el comportamiento de la inflación, indicador anualizado que en agosto se situó en 10,8%, por encima del 9,9% anual que esperaba el equipo técnico del Banco.
Igualmente, reconocieron que las expectativas de inflación de mediano plazo aumentaron y se situaron lejos de la meta de 3%. En ese contexto, la encuesta de expectativas del Banco de la República mostró que para final de este año se espera un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 11,2%, y la proyección para el final de 2023 subió de 5,7% a 6,4%.
Un aspecto positivo, destacado por la junta, es el hecho de que el ritmo de la actividad económica se mantuvo dinámico en el segundo trimestre de este año. Sobre esa base el equipo técnico del Emisor aumentó el pronóstico de crecimiento del PIB para 2022 de 6,9% a 7,8%.
Pero, “para los próximos meses hay señales de desaceleración en la actividad productiva. El equipo técnico revisó su pronóstico de crecimiento para 2023 de 1,1% a 0,7%”, anotó Villar.
Y ante la pregunta de una posibilidad de cambiar la meta de inflación, el gerente mencionó que no hay expectativas de cambios de la meta, y aclaró que la junta ha comunicado que el objetivo del Banco es llegar a la meta de inflación de forma gradual debido a los altos costos que esto implicaría. Añadió que se espera llegar a esta en 2024.
La senda
El ajuste de tasa definido ayer por la junta del Banco de la República fue el noveno del último año, pues en septiembre del 2021 pasado estaba en 1,75%, y desde entonces se han aplicado incrementos que total suman 825 puntos básicos llevando el indicador a 10%, siendo las subidas más aceleradas las de junio y julio de 150 puntos cada una.
Para Alejandro Reyes, economista del BBVA Research, la decisión tiene varios trasfondos de relevancia. Uno de ellos, es que un tamaño de incremento menor al observado en las últimas dos reuniones de política, sería una señal de proximidad al final del ciclo alcista de tasas que inició hace un año.
De la mano de esas decisiones han ido los incrementos en las tasas de interés de los préstamos que el sistema financiero otorga a sus clientes, personas naturales y jurídicas, pues al obtener dinero del Emisor a tasas más altas, estas se van transmitiendo con algún rezago a los usuarios de la banca.
Un ejemplo claro es el crédito hipotecario que hace un año, con una tasa de intervención de 1,75% estaba en promedio entre las entidades financieras en 10,39%, pero con una tasa de 9% como la que estuvo vigente en las últimas semanas pasó a 14,45% (ver gráfico).
Por su parte, el crédito de consumo que a comienzos de julio tenía una tasa de interés, en promedio, de 21,2% alcanzó a mediados de este mes 25,58% (ver Para saber más).
Mal de muchos
Sergio Olarte, economista de Scotiabank Colpatria, destacó que la tasa del 10% es una de las mayores aplicadas por el Emisor, de hecho este nivel no se observaba desde finales de 2008.
Pero, la alta inflación y los ajustes al alza de las tasas por parte de los bancos centrales para contenerla son fenómenos que se observan en diversas latitudes.
Chile, socio de Colombia en la Alianza del Pacífico, decidió por mayoría incrementar la tasa de política monetaria en 100 puntos, por encima de las expectativas del mercado (75 puntos). Con esto, la tasa de interés llegó a 10,75%.
En el Consejo del Emisor chileno hubo acuerdo entre los miembros por mantener la tasa de política monetaria en niveles elevados hasta que exista evidencia clara de la convergencia de los niveles de inflación al objetivo del 3% en el horizonte de dos años, similar a las estimaciones que tiene el Banco de la República en Colombia.
Por su parte, el Banco Central de Costa Rica también aumentó la tasa hasta 8,5%, su nivel más alto en más de doce años. Esta decisión se dio en medio de la persistencia de las presiones inflacionarias, que ha generado alzas en el nivel de precios, provocando el desanclaje de las expectativas de inflación a 12 y 24 meses.