Que las personas no solo lo piensen cuando van a pedir domicilio, sino también cuando quieran viajar o sacar una tarjeta de crédito. Este es el deseo de Rappi, uno de los unicornios (término para describir startups avaluadas en más de US$1.000 millones) del mundo, con un valor de mercado que borda los US$4.000 millones, según la firma especializada CB Insights.
“Queremos ser la ‘superapp’ de América Latina”, dice Juan Fernando Herrera, gerente general regional de Rappi. ¿A qué se refiere? Básicamente, Rappi abre las alas y se mete en nuevos negocios más allá del de domicilios, en el que solo en Colombia cuenta con 50 mil repartidores, de los cuales unos 9 mil están en Antioquia.
Entre los pasos iniciales hay una tarjeta de crédito que compensa al usuario con el 1% de lo que adquiere. La acogida ha sido buena, dice el gerente. “Tenemos cerca de 72 mil solicitudes de personas que buscan obtenerla”.
Incluso, la firma se animó a constituir una entidad financiera digital en alianza con Davivienda, que obtuvo aval de la Superfinanciera. “Queremos ser parte de la transformación digital de la banca, nos hemos aliado con grandes jugadores de ese sector en cada uno de los países en los que estamos, que para el caso de Colombia es Davivienda”, apunta Herrera.
Otras estrategias que Rappi ha desarrollado son una tarjeta débito, un “paga con Rappi” para compras en establecimientos de e-commerce y en sucursales físicas y una solución de viajes para comprar o reservar tiquetes aéreos o de hoteles.
Pasos a seguir
La idea es extenderse con nuevos servicios en la aplicación, pero todo se pensará con cabeza fría. “El tema de ‘superapp’ no se lo está inventado Rappi, pero queremos consolidarnos como tal. Por ahora estamos entendiendo cuáles son los productos y servicios que más demanda tienen en términos de rotación y consumo”, plantea el gerente.
Para Ignacio Franco, experto en temas de comercio, el crecimiento de Rappi tiene el reto de significar también una mejora en la calidad de vida de sus colaboradores y en la experiencia de sus clientes. Recuerda que a medida que la compañía se expanda, las quejas y la mirada crítica de las personas también lo harán, razón por la cual debe plantearse evolucionar en su función social.
Esa expansión de operativa está en curso y la describe el propio Herrera: “Nuestro negocio busca conectar a través de la economía colaborativa a usuarios, comercios y repartidores. Estos tres actores tienen que estar totalmente balanceados en términos de oferta y demanda y el año pasado la compañía se duplicó”.