Giovanni Arango, cafetero de La Ceja, aseguró que 2019 fue su mejor año en lo que lleva de productor. Pensar más allá de vender el grano en verde, y entregar un producto con valor agregado hizo que su productividad se incrementara hasta el punto de renovar el 65 % de los árboles de café que tiene.
“Empecé a tostar desde la finca. Ya vendemos a amas de casa, restaurantes y cafeterías. Tenemos café procesado, que nos permite aumentar las posibilidades de venta. Lo más difícil fue adquirir la nueva maquinaria, pero es un proceso que hemos sabido hacer”, explicó Arango.
El ejemplo de este caficultor es el que la Federación Nacional de Cafeteros, a través de su comité en Antioquia, quiere replicar en las 79.000 familias productoras de la región. La meta es aumentar la producción en un 20 %.
“El pronóstico lo hacemos con la seguridad de que existe la capacidad para llegar a ese incremento, entre otras causas porque la demanda de consumo de café se mantiene creciendo en un 3 %”, afirmó Álvaro Jaramillo, director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros (ver ¿Qué sigue?).
Jaramillo añadió que 2020 será retador más por los mercados internacionales que por las condiciones climatológicas. De acuerdo con el directivo, no se presentarían eventos extremos como fenómenos del Niño o la Niña, pero, asegura, la falta de claridad en la resolución de la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría afectar el precio.
“Un dólar cerca de los 3.400 pesos podría apaciguar en parte una eventual nueva caída del grano. Hay que recordar que esa convulsión externa nos tiene a la baja el precio, que arrancó año a 860.000 pesos la carga, cuando a cierre de 2019 alcanzamos a estar cerca del millón de pesos”, dijo Jaramillo.