El rebote de la economía nacional este año fue más brusco de lo esperado. Mientras analistas proyectaban que el aterrizaje fuera lento y suave, luego de los altos indicadores de crecimiento que tuvimos en 2021 y 2022, el tercer trimestre de este año dio una sorpresa en rojo: el crecimiento del Producto Interno Bruto fue de –0,3%, una sentencia que puso los pelos de punta, pues se hacen necesario ajustes que aseguren que no se produzca una recesión.
Y es que este 2023, la demanda retrocedió en todos los ámbitos, impulsada por las altas tasas de interés, y por un menor ingreso en las familias.
Por ejemplo, este año se vendieron 65.000 viviendas nuevas, cuando en 2022 se habían comercializado 139.000; también se han visto afectadas los lanzamientos de proyectos y las iniciaciones de obra. La gente no puede comprar casa, y muchas familias han tenido que desistir en ese intento. Según datos de Camacol, 23.000 hogares no lograron el cierre financiero y tuvieron que abandonar el proyecto que estaban pagando, lo que representa un incremento de 128% frente a las que se veían en la misma situación en 2022.
Por el lado de la venta de carros y motos, la situación estuvo muy parecida. Hubo meses en que la caída en las ventas superó el 60%. La industria insistió en alivios y se inventó fórmulas para abaratar los créditos, pero cada mes el dato era más preocupante.
La respuesta desde todos los analistas y empresarios era que las familias estaban dejando de gastar, especialmente esos bienes duraderos que con más costosos y exigen una inversión de largo plazo, como son las casas y los vehículos.
La buena noticia vino por cuenta de la inflación, que llegó a registrar un máximo de 13,34% anual en marzo, y torció su tendencia en abril. El último dato que se conoce hasta el momento es que para noviembre el costo de vida se había encarecido en 10,15% en el último año, y para conocer toda la inflación causada hasta 2023 habrá que esperar a que el Dane lo revele el próximo 9 de enero. Los analistas estiman en que podría cerrar el año entre 9,5% y 9,7%, teniendo en cuenta que el gobierno nacional decidió no aumentar el precio de la gasolina, que es uno de los factores que más presión le está poniendo a la canasta familiar.
Además, otros sectores como el de energía eléctrica, que sería uno de los bastiones del gobierno de Gustavo Petro, quien habla de transición energética cada que tiene oportunidad, han asegurado que no hay condiciones para garantizar la disponibilidad del recurso en situaciones adversas, como el fenómeno de El Niño, que por fortuna no se ha fortalecido como se esperaba.
Las billonarias deudas que no han podido cobrar tanto al gobierno como a los usuarios por la opción tarifaria, así como la demora en la entrada en operación de la mayoría de los proyectos de energía renovable de La Guajira, que tendrían que estar en servicio desde 2021 y que aún esperan por licencias, le ponen alta tensión al sector.
Todo esto, sumado a los mensajes controversiales como aquellos del presidente Petro, frente al posible incumplimiento de la regla fiscal y el no otorgamiento de nuevos contratos de exploración petrolera y gasífera, hacen que haya mucha incertidumbre y que la inversión se haya estancado a principios de año y derrumbado en el tercer trimestre: el comportamiento de la formación bruta de capital fue de -33,5% y la del capital fijo fue de -11%, los resultados más negativos en los últimos 16 años.
Sin embargo, los últimos días del año mostraron un punto de quiebre en el pesimismo, podrían venir aires de progreso. En su última reunión, la Junta Directiva el Banco de la República bajó su tasa de interés en 25 puntos básicos, una reducción tímida, pero la primera luego de más de dos años de incrementos. Y el dólar, uno de los principales causantes de inflación, ha perdido valor rápidamente frente al peso, este año ha perdido más de $980 y en la última jornada la TRM se cotizó en $3.822,05, muy lejos de los $5.061 que veíamos a finales de 2022.
Lo que viene
2024 será un año muy retador para la economía nacional. El Gobierno contaba con un presupuesto general muy abultado, que superaba los 500 billones de pesos. Sin embargo, en él tendrán que hacerse varios ajustes, pues el recaudo podría no ser tan alto como se planeaba, ya que la Corte Constitucional recortó algunos de los alcances de la reforma tributaria de 2022, cuyo dinero entraría a las arcas del Estado el próximo año.
Por otro lado, este será el año del ajuste del precio del diésel, para que igual que la gasolina llegue a precio internacional y sus efectos en la inflación tendrá que revisarse con lupa. También se esperan protestas por parte de los transportadores de carga, para quienes vienen dos ajustes en el precio de los peajes, uno en enero y otro en junio.
La consolidación del fenómeno de El Niño será otro reto, pues no solo estará en juego el suministro de energía en todo el territorio nacional, que indiscutiblemente tendría que subir de precio por la entrada en operación de las térmicas, sino que podrían encarecerse los alimentos, pues la agricultura es una de las principales damnificadas en épocas de sequía.
Así mismo, seguirán causando revuelo las reformas laboral y pensional que se tramitan en el Congreso, que prometen cambiar la forma en que vemos la protección al adulto mayor y al mercado laboral colombiano. Solo el tiempo dirá que tan adecuado será aprobarlas y si los empresarios y analistas que han mostrado sus preocupaciones tenían razón en advertirlas.
Viva y Ultra se quebraron y no le respondieron a los clientes que dejaron tirados
El 28 de febrero de 2023 la aerolínea Viva Air dejó sus aviones en tierra argumentando falta de recursos para operar. La aerolínea estaba a la espera de que las autoridades colombianas autorizaran la integración con Avianca, cuyos dueños ya habían comprado sus derechos económicos. Pero en vista de que dicho permiso no llegaba, la empresa cerró sus operaciones, no sin antes haber realizado promociones que atrajeron a miles de compradores que resultaron estafados. Varios de ellos lograron reparaciones por el lado de Avianca y Latam, pero muchísimos se quedaron sin viajar a sus lugares de destino, pues ni siquiera había suficiente oferta. Más tarde la Aerocivil aprobó la integración con condiciones que Avianca no aceptó, lo que selló la quiebra definitiva de Viva. Mismo desenlace sufrió pocos meses después Ultra Air.
Grupo Éxito se listó en la bolsa de valores de nueva York y la de Brasil
Grupo Éxito logró listar sus acciones en Brasil y Estados Unidos convirtiéndose en la primera empresa colombiana listada en tres bolsas de valores. Con su llegada a Nueva York, Grupo Éxito se convirtió en la sexta compañía colombiana y la número 76 en Latinoamérica en entrar a ese que es un mercado con más de 200 años de historia.
“Éxito tiene una alta liquidez. Liquidez quiere decir que una parte muy importante de sus acciones se negocian libremente, con gran liquidez, con gran flotante en los mercados. Hoy en día, el 53 % de las acciones de Éxito son un flotante que ha comenzado, además, a generar unos volúmenes importantes en los últimos días”, señaló su presidente Carlos Mario Giraldo.
De otro lado, este grupo es objeto de una oferta de adquisición del Grupo Calleja, de El Salvador.
Argos hizo el negocio del año en Estados Unidos, se combinó con Summit Materials
El activo de Grupo Argos en Estados Unidos se combinará con Summit Materials, una compañía gringa que tiene 11 millones de toneladas de capacidad productiva de cemento, 5.500 millones de toneladas de agregados y que cuenta con dos plantas de cemento sobre el río Misisipi. En este negocio, Cementos Argos en Estados Unidos fue valorado en 3.200 millones de dólares, tres veces por encima de lo que vale todo el conglomerado en la Bolsa de Valores de Colombia, que incluye los activos en Estados Unidos, Colombia, Centroamérica y el Caribe. Por eso, sin duda, este es el negocio de 2023. En la combinación, Cementos Argos quedará con el 31% de la empresa que está listada en la bolsa de Nueva York, convirtiéndose en el mayor accionista y recibirá 1.200 millones de dólares que le permitirá pagar deudas y liberar flujo de caja.
EPM capitalizó a Tigo, luego de intentar salir de esa inversión en el Concejo
La capitalización de Tigo-Une fue otra de las novelas empresariales del año, de no recibir una inyección de capital de 600.000 millones de pesos de sus socios (EPMy Millicom) entraría en un proceso de insolvencia, porque no tenía liquidez para pagar sus deudas. EPMya había pedido en oportunidades anteriores al Concejo de Medellín el permiso para vender su participación en la empresa de telecomunicaciones, pero había sido negado cada vez. La decisión de capitalizar se dio luego de un ultimátum del ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, y de tres ofertas por parte de Millicom. EPMaceptó poner 150.000 millones de pesos para salvar a Tigo a cambio de, entre otras cosas, ampliar la opción de venta hasta el año 2026, tiempo en el cual con un nuevo alcalde y un nuevo concejo se pueda llegar a mejores acuerdos para la salida de este negocio.
El precio de la gasolina subió hasta alcanzar el valor internacional
Una gran deuda había dejado el gobierno anterior en el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles, que el año pasado alcanzó un déficit de 36 billones de pesos. El gobierno de Gustavo Petro de forma responsable empezó a subir el precio de la gasolina corriente para cerrar esa brecha.Actualmente un galón de gasolina corriente cuesta más o menos lo mismo que en cualquier lugar del mundo, sin embargo debe incrementarse un poco más para pagar esa deuda vieja. Además, a partir de enero tendrá que empezar a subir el precio del diésel, pues este no sufrió ajustes durante 2023.
El Banco de la República mantuvo alta la tasa de interés
Pese a que durante gran parte del año tanto los empresarios como el gobierno le pidieron a la junta directiva del Banco de la República que empezara a reducir las tasas de interés, que desde mayo estaban en 13,25%, la reducción tardó mucho más.
Solo en diciembre de este año, y cuando ya se sentía que la reducción de la inflación era una tendencia clara, el Emisor decidió reducir su tasa de intervención en apenas 25 puntos básicos. Una reducción tímida y que ni siquiera se dio por unanimidad, pues un par de miembros del directorio querían mantenerlas un mes más.
El gerente Leonardo Villar ha sido claro en que si la inflación deja de descender en su dato anual el Emisor no tendrá reparos en volverla aumentar, porque su prioridad es conservar al valor del dinero.