En las noches el Golfo de Urabá alumbra, las aguas del mar encienden sus luces internas y aunque suene a fantasía es real.
Dicen que lo han visto encenderse hacia Sapzurro en el extremo occidental del Golfo, o en Necoclí, al otro extremo. Pero hay un sitio especial donde ha estado sucediendo.
No es por la luz que llega al mar desde los pueblos y complejos habitacionales sobre la línea de costa.
No. A solo 15 minutos de Turbo, en la playa Barajas se ha venido dando un fenómeno de bioluminiscencia. Es natural, pero ¿por qué? ¿Qué produce el bello efecto?
El hecho ha motivado la romería de estudiantes de colegios de varios municipios y personas que desean ver lo que pasa en esa playa, dice Lennin Flórez Leiva, profesor de la Universidad de Antioquia en la sede del mar, que ha venido documentando el fenómeno.
A él llegó el rumor y visitó la zona para comprobar. Fue en febrero pero ha seguido todos estos meses.
Las aguas, por ahí entre las 8 y las 10 de la noche, se iluminan. Se ve desde la playa o al meterse en el mar. Es difícil describirlo, afirma.
“Haga de cuenta como cuando en tierra uno va al bosque y empiezan a alumbrar las luciérnagas. Acá es igual pero 1.000 veces más”, dice el docente. Se da en el agua cerca a la playa.