Camuflado entre los más de 8.000 habitantes de calle que hay en Medellín, las autoridades encontraron a uno de los hombres más buscados en Europa y África: Raúl Santiago Denis Santana, un reconocido capo español que era buscado por estafa, lavado de activos, falsificación y fuga de presos. Esta es la más reciente de las 29 capturas de capos internacionales en Medellín, lo que estaría dejando en evidencia que la ciudad se ha convertido en uno de los refugios predilectos para quienes son buscados, principalmente, en el Viejo Continente.
Capos de todos los talantes, desde los que son mandos medios, pero con importantes enlaces con La Oficina y Clan del Golfo, hasta los grandes cabecillas de La Camorra Napolitana que debieron escapar de su país por las acciones judiciales que se surtían en su contra hicieron que Medellín o los municipios cercanos a la capital antioqueña se convirtiera en su refugio.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, reconoció esta situación al manifestar que hay varios extranjeros que han llegado a la ciudad para adquirir lujosas propiedades, situación que ha despertado sospechas y se les ha iniciado investigaciones a cada uno de ellos para establecer el origen de sus recursos.
De acuerdo con las autoridades, este año se han capturado a cinco capos extranjeros en Medellín y sus municipios cercanos, entre los que están dos españoles, un pañameño, un francés y un marroquí, este último buscado por narcotráfico y que fue devuelto del aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, y del cual no trascendió su identidad.
Servicio de escolta
Entre las razones por las cuales los integrantes de redes criminales europeas se han radicado en la ciudad es por los vínculos que pueden establecer con las organizaciones criminales locales, no solo para negociar rutas para el envío de los estupefacientes, sino también porque les pueden garantizar protección.
Entérese: Cayó panameño que era buscado por lavado de dinero de narcos de México y Estados Unidos con criptomonedas
Así quedó evidenciado cuando el 26 de abril del año pasado, en el Parque Lleras, en la comuna 14 (El Poblado), las autoridades detuvieron a Juan Carlos Castro, más conocido en el mundo criminal como Pichi Belén, al momento de intentar ingresar de forma violenta a una discoteca. En medio del procedimiento judicial se conoció que este legendario cabecilla de La Oficina le estaba brindando escolta a un extranjero, del cual no trascendieron los detalles.
Luis Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades) indicó que esta modalidad de negociación es muy recurrente y los capos internacionales no solo llegan a la ciudad por las comodidades y las facilidades económicas que tiene por la devaluación de la moneda colombiana, sino porque cuentan con muchas garantías por parte de las estructuras criminales.
Además, desde que se mantengan en el anonimato, las autoridades difícilmente pueden poner sus ojos sobre ellos, aunque algunos pueden pecar de estrafalarios y eso hace que se agilice su búsqueda por parte de las autoridades colombianas.
El antropólogo José Gregorio Henríquez, manifestó que “lo que pasa es que el estilo de vida es más tranquilo, hay una posibilidad de estar en un anonimato 100%, digamos que seguimos siendo una ciudad pequeña, pero con mucha facilidad de movilidad y, digámoslo de alguna manera, hay una laxitud en muchos controles”.
Este tipo de situaciones no solo le permitieron a Raúl Santiago ocultarse entre los habitantes de calle de Medellín, sino que dos de los grandes capos de La Camorra napolitana, Gustavo Nocella y Luigi Belvedere, pudieron andar por la ciudad como uno de los 1’106.000 extranjeros que llegaron a la ciudad el año pasado, según la Secretaría de Turismo de Medellín.
Le puede interesar: Medellín se convirtió en la primera ciudad no capital del mundo en tener una sede de Interpol
Sin embargo, un movimiento excéntrico de Belvedere, como fue tomarse una foto al lado de la tumba de Pablo Escobar en Jardines de Montesacro y subirla a sus redes sociales, fue la clave para que desde Europa lo ubicaran y procedieran con su detención en octubre del año pasado.
Persecución más laxa
Las autoridades colombianas reconocen que los capos extranjeros se aprovechan de que hay menos rigurosidad en las persecuciones contra ellos en Colombia que en sus países, aunque indicaron que no están escatimando esfuerzos para cambiar ese panorama y dejar que Medellín y Antioquia deje de ser un refugio para estos criminales.
Así lo señaló el comandante de la Policía Antioquia, Óscar Mauricio Rico, quien dijo que el mayor temor de estos criminales es que las sanciones penales que pueden recibir estos criminales internacionales en sus países son más rigurosas y por esta razón, decidieron emigrar hacia Colombia.
En medio de su proceso, algunos hasta generan vínculos sentimentales con colombianas, lo que fortalece su cercanía con la ciudad, sumado a que tanto la vivienda como la comida y hasta los estupefacientes les cuestan mucho menos que si estuvieran radicados en sus países.
No obstante, para cambiar este panorama y que Medellín deje de ser un refugio para estos criminales, en alianza con la Alcaldía, se abrió en la capital antioqueña una oficina de Interpol, la cual se inauguró el pasado 21 de diciembre, teniendo en cuenta la cantidad de extranjeros que han sido capturados en este territorio.
“No solo es garantizar la seguridad para su gente y aportarle al país, sino comprometerse con la seguridad global. Entendemos que las redes del crimen organizado tienen asiento en la ciudad, en la región, y alianzas con el crimen internacional. El mensaje es claro para los criminales: se ha demostrado que no existen fronteras y para la lucha contra el crimen tampoco pueden existir”, dijo el alcalde Gutiérrez el día de la inauguración de esta oficina de Interpol.
Todo esto, en medio de una ofensiva de Medellín y sus municipios cercanos para salir de la lista de los paraísos para los delincuentes del mundo, como venía siendo en el tiempo más reciente.
