El otrora aliado del exalcalde de Medellín no se ahorró insultos ni acusaciones para referirse al precandidato a la presidencia y contó la vez que se le voló de una rumba en el Parque Lleras.
El abogado y productor audiovisual Daniel Mendoza Leal, quien hasta hace poco era cercano al exalcalde de Medellín Daniel Quintero, recientemente se fue lanza en ristre contra el político y contó cuando una vez “salió despavorido” y se voló “de una rumba de Quintero” en la que les “quitaron el celular, cerraron un restaurante en el último piso de un hotel en el Lleras” y había whisky y champaña ‘ventiada’ para 200 personas”.
Mendoza es un abogado penalista y se define a si mismo como periodista y escritor. Estuvo a punto de ser nombrado por Gustavo Petro como embajador de Colombia en Tailandia; hecho que no se concretó luego de que aparecieron unas publicaciones realizadas por Mendoza entre 2015 y 2017 donde expresaba públicamente su satisfacción con las relaciones sexuales con menores de edad y así como menciones al uso de drogas.
Mendoza también es popular por la realización de la serie Matarife, una serie documental donde realizaba diversos señalamientos contra el expresidente Álvaro Uribe y supuestos vínculos con el paramilitarismo, suceso que lo llevó a los estrados y a una orden de rectificación emitida por la Corte Constitucional.
Pero de Mendoza Leal también hay que señalar su otrora cercanía con el exalcalde de Medellín Daniel Quintero. Tanto era el vínculo que en su visita a Medellín no solo Quintero le dio varias gabelas y agasajos sino que además lo puso como miembro de su partido Independientes para así conseguir una curul al Concejo de Bogotá.
Sin embargo, el idilio se rompió y hoy Mendoza dice ser el “traductor de mentiras de Quintero, quien posa de humanista y progresista, pero que en realidad es un andrajo de personaje”.
El pasado 24 de octubre, Mendoza dedicó uno de sus videos contra el exmandatario del Distrito, indicando que no odia al político “más allá del empute de ver lo pendejo y güevón de ser yo, cuando le creí a este man (Quintero) que me invitó a su partido y se me pintó como el guerrero rebelde contra la élite antioqueña”.
“A Quintero en Medellín todos lo odian. Pero lo que los ricos no saben es que los pobres lo odian muchísimo más que ellos. Y los petristas lo aborrecen hasta la médula de la palabra”, dijo.
“Quintero llegó a robar a sus hermanos en Medellín, a saquear lo poco que tenían en la nevera. No sé como duerme con la cantidad de niños que pasaron hambre y que murieron por la falta de atención médica que generaron sus tumbes. Quintero es un corrupto ladrón que se lo 'jartó' todo en una tragantina voraz”, agregó.
Posteriormente, Mendoza dedicó gran parte de su video-diatriba a machacar otra vez la serie de presuntos casos de corrupción desde el caso Aguas Vivas y el caso Metroparques hasta los recientes escándalos en el Área Metropolitana que enlodan a su hermano Miguel Quintero.
“No se si sea delito o no, los abogados de Quintero explican que ahí no hay crimen alguno... Y hasta puede que tengan razón pero por lo menos abusivo sí fue al cobrar rumbas y bacanales por cuenta del erario. $124 millones en gastos de restaurantes, $182 millones se comió este tipo en panes jugos y gaseosas, $47 millones en gasolina y en peajes de paseos, $17 millones en arreglos florales y $23 millones en mercados de la familia de Quintero”, agregó el polémico personaje con cierta timidez del delicado escándalo que en Medellín conocemos como “La Caja Menor”.
Y acá, la confesión: “No sé si yo mismo sin saberlo, hace tres años –cuando por primera vez estuve filmando en Medellín– salí favorecido con una invitación de esas de la que me evadí despavorido. Le dije a mi equipo de producción: 'me acabo de volar de una rumba de Quintero que parecía un convite del Cartel de Medellín. Nos quitaron el celular, cerraron un restaurante del último piso de un hotel del Parque Lleras. Whisky y champaña ‘ventiada’ para mínimo 200 personas', les dije. Ahí fue cuando algo me empezó a oler mal de Quintero”, agregó Mendoza.
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Eso sí, poco habló Mendoza en su “mea culpa” de su recibimiento en Medellín del exsecretario Juan Carlos Upegui y de la esposa de Quintero, Diana Osorio, con bombos y platillos. O como la Alcaldía de Quintero el ofreció camioneta del municipio y esquema de seguridad mientras visitaba la ciudad. O de sus supuestos vínculos con el canal Telemedellín.
“De acuerdo a la documentación revisada, las cifras de las que hablaban los medios (sobre el escándalo del desfalco a la “caja menor”) eran reales”, admitió el exmiembro de Independientes.
Finalmente, en la última parte de su video, Mendoza dijo que pese a la “inestabilidad de su psiquis incoherente” quería hablarle al presidente Petro “consciente de que llega a última hora”.
Después de lisonjas para el mandatario, dijo que “este legado precioso que usted nos ha dejado (el progresisimo) no debe quedar en manos de un corrupto bandolero. Entregarle las banderas del progresismo a Quintero es regalarle nuestra anatomía histórica y cultural a una de las peores bestias de la política colombiana”.
¿Qué habrá pasado entre los “compañeros de farra” para que ahora se traten de esa manera? Solo el tiempo lo dirá.
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