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La “autoproclamación” que dejó fuera a Guaidó

  • El líder opositor Juan Guaidó mientras intenta ingresar al hemiciclo de la Asamblea Nacional. FOTO AFP
    El líder opositor Juan Guaidó mientras intenta ingresar al hemiciclo de la Asamblea Nacional. FOTO AFP
06 de enero de 2020
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votos de los 150 diputados presentes habría obtenido Parra, según los disidentes.

La escena casi pedía a gritos una metáfora: Juan Guaidó, el dirigente que desde enero del año pasado protagonizó la oposición contra el gobierno de Nicolás Maduro; que fue reconocido como presidente encargado por cerca de 60 países y que se codeó con mandatarios latinoamericanos durante 2019; estaba ayer vestido de traje y encaramado en una reja afuera de la Asamblea Nacional, mientras los miembros de la Guardia Nacional Venezolana lo arrastraban hacia el suelo, impidiéndole ingresar al recinto en el que se decidía su futuro político.

Al tiempo que Guaidó era sacado, literal y simbólicamente, de la Asamblea, adentro era elegido un nuevo presidente: Luis Eduardo Parra, un diputado opositor expulsado de su partido, Primero Justicia, luego de las acusaciones de corrupción en su contra que se dieron a conocer en noviembre.

Una vez renunció a intentar entrar al hemiciclo, Guaidó descendió con la ropa desgarrada y declaró a la prensa: Lo que sucedió fue el asesinato de la república, un golpe al Parlamento. Vamos para el diario El Nacional, allí vamos a instalar la verdadera Asamblea”.

La realidad, sin embargo, era distinta en el edificio del Parlamento. Uno de los diputados opositores que se desmarcaron, José Brito, habló a la prensa como si se dirigiera a Guaidó: “Pudiste ser el futuro, pero hoy eres y serás el pasado. Tu tiempo terminó”.

Radiografía de una remoción

La rebelión que sacó a Guaidó de la Asamblea se gestó dentro de la propia oposición, en un grupo de diputados que fueron tomando distancia del mandatario encargado.

Uno de ellos, quien propuso realizar la votación sin la presencia del líder opositor en el hemiciclo, fue José Antonio España, exmiembro del Partido Cambiemos, y quien, según dijo a EL COLOMBIANO perdió “la confianza en Guaidó”.

“Él intentó empezar una guerra con el ingreso de ayuda humanitaria en febrero; ha manejado la Asamblea de una forma autoritaria y radical, y este domingo no se presentó porque no tenía los votos”, agregó España.

Pero las diferencias del diputado con Guaidó no son solo programáticas. En noviembre, España fue uno de los parlamentarios que se vio involucrado en los señalamientos de corrupción: según el portal Armando.info, él junto a Parra y otro grupo de diputados harían parte de una red de corrupción que recibía dinero del oficialismo para limpiar desde la Asamblea el nombre de empresarios vinculados con el chavismo y con acusaciones de irregularidades.

Como señala Carlos Romero, profesor de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela, la ruptura en las filas de la oposición comenzó a dibujarse desde hace unos tres meses. “Se le llamó la operación Alacrán y consistió en comenzar a coptar, individualmente, diputados para desmembrar a los partidos”.

Este cambio de postura, en principio, no implicaría sin embargo ilegalidad. Los cuestionamientos sobre la jornada de ayer, al margen de los votos a favor o en contra, están en por qué Guaidó no estaba en el hemiciclo en el momento de la votación.

España, y sus aliados, aseguran que el dirigente opositor se quedó afuera porque no tenía los votos suficientes para ratificarse al frente del Parlamento. Las imágenes publicadas en redes sociales, sin embargo, muestran a la Guardia reteniendo al dirigente y a otros diputados que lo seguían.

“El video de Guaidó es un montaje”, dice España. “él no estaba en la Asamblea. Esa es la realidad”. Como con tantos hechos recientes, el día de ayer parece haber transcurrido en dos países distintos: venezuelas paralelas que permanecen irreconciliables.

El lado de la historia

Más allá de las versiones, como explica Romero, el efecto del episodio de ayer es que Venezuela, además de dos presidentes, ahora tiene tres asambleas: la constituyente, creada en 2017 por el oficialismo y que de facto ejerce el poder Legislativo; la que se instaló ayer sin Guaidó en el hemiciclo; y la que presidió minutos después el líder opositor en un escenario poco convencional: la sede del periódico El Nacional, donde fue ratificado.

Salvo las fugas mencionadas, los bandos siguen intactos: los países que reconocen a Guaidó presidente encargado, como Estados Unidos y Colombia, siguen considerándolo como tal; al tiempo que Maduro reconoció a Parra como nueva cabeza del Parlamento.

“El tiempo nos dará la razón”, publicó minutos después de la votación el opositor disidente, Franklyn Duarte, en su cuenta de Twitter. Pese a sus diferencias, los dos bloques de la política venezolana coinciden en algo: ambos se encomiendan al futuro. Depositan en la historia la esperanza de ser recordados como aquellos que estaban del lado correcto de la reja.

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