“Para hacer un mercado en efectivo, con bolívares, hay que llevar una maleta llena de billetes de alta denominación”, cuenta Jorge Arévalo, colombiano radicado en Caracas hace tres décadas. Solo esa sentencia explica la necesidad de quitarle ceros al bolívar, que ha sido imperiosa y reiterativa en los últimos años.
El Banco Central de Venezuela anunció que a partir del 1° de octubre circulará el bolívar digital, que en la práctica es el mismo bolívar con seis ceros menos. “Todo importe monetario y todo aquello expresado en moneda nacional se dividirá entre un millón”, explicó el emisor.
Hace apenas tres años, Venezuela había hecho una reconversión monetaria en la que había eliminado cinco ceros dando paso al bolívar soberano, que a estas alturas ya está desaparecido de las calles, dada la escasez de billetes y la dificultad de su manejo, aunque el pasado 8 de marzo el Banco Central se vio forzado a emitir nuevas denominaciones de 200.000, 500.000 y 1 millón de bolívares. Y en 2008 se habían reducido otros tres ceros con la creación del bolívar fuerte.
Esta es “una política dirigida a consolidar” la “moneda nacional, la moneda de curso legal”, expresó la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela y ministra de Economía, Delcy Rodríguez, quien recordó que “se han abierto válvulas para la circulación en el comercio de otras divisas”.
Y es que ante la profunda devaluación y el aumento de la inflación la gente ha tenido que acudir al dólar para resolver sus compras cotidianas. Y es que hoy un dólar cuesta un poco más de cuatro millones de bolívares soberanos (cuatro billetes de la más alta denominación).
“No hay otra manera. La única forma de comprar una Harina Pan en la tienda o una libra de azúcar es con dólares, para nada es práctico manejar esa cantidad de billetes, aquí para lo único que usamos el bolívar es para pagar el bus”, explicó Arévalo. Esto porque los medios electrónicos no están disponibles todo el tiempo, el internet es inestable así como la energía eléctrica en todo el país.
La crisis es tan profunda que Bloomberg creó un índice para explicar para dummies el avance de la inflación con un mecanismo más creíble que las fuentes oficiales, lo llamó “café con leche”, y muestra cómo crece el valor de esa bebida cada día en Venezuela. El 5 de agosto del año pasado un café con leche costaba 290.000 bolívares soberanos, ayer costaba 7.662.898.
Y el mismo Emisor lo reconoce, el índice de precios al consumidor (base sobre la cual se calcula la inflación) fue establecida en 100 bolívares en 2007, a mayo de este año era de 1,19 billones de bolívares.