El desgaste de una guerra que ajusta 263 días comenzó a hacer mella en las tropas rusas, que encontraron una fuerte resistencia en sus contrincantes ucranianos y este jueves –tras el avance de los soldados de Ucrania– perdieron una de sus más grandes conquistas: la ciudad de Jersón, punto estratégico que sirve de puerta de entrada a la península de Crimea.
Pero este no ha sido el único revés que en menos de una semana han tenido los militares que sirven al Kremlin. Mediante información oficial, el gobierno ucraniano manifestó que se han reconquistado ciudades claves de la región de Jersón, en el sur del país, sitio del que las tropas rusas levantaron sus tiendas de campaña e iniciaron una retirada.
La información fue entregada por el comandante en jefe del ejército ucraniano, Valery Zaluzhny, quien aseveró en sus redes sociales que sus soldados reconquistaron seis localidades luego de los combates en Petropavlivka Novoraisk y otras seis cerca de Pervomaiske-Jersón. En total, las tropas de Kiev recuperaron 260 kilómetros cuadrados.
Horas antes, voceros del ejército ruso anunciaron que comenzaba el repliegue en esta zona, y desde el Ministerio ruso de Defensa se indicó en un comunicado que sus unidades militares se movían “hacia posiciones establecidas en la orilla izquierda del río Dniéper, conforme al plan aprobado”.
La retirada de las tropas de Moscú incluye la ciudad de Jersón, la única capital regional capturada por Rusia al inicio de su ofensiva en Ucrania a fines de febrero.
En concreto, Moscú pretende consolidar sus posiciones estableciendo una línea de defensa detrás del río Dniéper, un obstáculo natural.
Ucrania recibió el anuncio de Moscú con escepticismo. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski sugirió que podría tratarse de una maniobra estratégica de Rusia.
“El enemigo no nos hace ningún regalo, no manifiesta ningún ‘gesto de buena voluntad’, declaró Zelenski, afirmando que su país reaccionará con “extrema cautela”.
Biden envió más ayuda
La avanzada y la reconquista de territorios claves en la guerra ha llevado a Estados Unidos a continuar con la ayuda en armamento a Ucrania.
El nuevo paquete armamentístico ordenado por la Casa Blanca está compuesto de sistemas de defensa aérea y misiles tierra-aire. Esta dotación en seguridad asciende a 400 millones de dólares, anunció el Pentágono.
Con “los implacables y brutales ataques aéreos de Rusia contra la infraestructura crítica y civil de Ucrania, las capacidades adicionales de defensa aérea son fundamentales”, dijo en una rueda de prensa la secretaria adjunta del Pentágono, Sabrina Singh.
El paquete comprende cuatro sistemas de defensa aérea Avenger de corto alcance y alta movilidad, la primera vez que se proporcionan a Ucrania, así como misiles Stinger.
También incluye misiles para los sistemas de defensa aérea HAWK que España se ha comprometido a proporcionar, proyectiles de artillería y mortero, munición para los lanzacohetes de precisión Himars y más de 20 millones de cartuchos de munición para armas pequeñas.
Los misiles HAWK se reacondicionarán con fondos de la Iniciativa de Asistencia de Seguridad de Ucrania, que financia la adquisición de equipos de la industria de defensa.
El anuncio se produjo un día después de que el general estadounidense Mark Milley dijera que más de 100.000 militares rusos habían muerto o resultado heridos en Ucrania, y que las fuerzas de Kiev probablemente sufrieron bajas similares.
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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, consideró que la retirada de las fuerzas rusas de Jersón, constituye “otra victoria” para Ucrania.
“Hemos sido informados de la retirada rusa de Jersón. Tenemos que ver cómo la situación se desarrolla sobre el terreno en los próximos días. Pero lo que sí queda claro es que Rusia sufre una gran presión y si se va de Jersón sería otra victoria de Ucrania”, declaró desde Roma, Italia