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Otros casos en los que sacerdotes católicos culparon a las víctimas de pedofilia

  • FOTO COLPRENSA
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10 de febrero de 2017
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Hace dos años la justicia colombiana condenó al sacerdote William de Jesús Mazo a 33 años de cárcel por el abuso sexual de cuatro menores de edad en Cali. Pero esta semana el abogado de las víctimas, Elmer Montaña, aseguró que en los alegatos del abogado de la Arquidiócesis de Cali se le atribuye la responsabilidad a las víctimas y en especial a los padres por haber confiado en el sacerdote.

El incidente de reparación al que se refiere el abogado dice que “la causa eficiente del daño es la conducta negligente adoptada por la misma víctima indirecta (padres, abuelos tíos) los cuales eran los llamados para estar allí para custodiar el bien más preciado: los niños”.

Y cuestiona: “¿Se actuó con el sumo cuidado preventivo? ¿Se fue laxo, permisivo, omisivo, abandonado y desinteresado y hoy concurren ante un juez para aprovechar un hecho dañino de un tercero y fungir como víctimas indirectas?”.

El documento reproducido por el diario “El País” de Cali cita el Código Civil en el que se dice que “los padres serán responsables de los daños causados por los delitos y las culpas de sus hijos menores, que conocidamente provengan de mala educación o de hábitos viciosos que les han dejado adquirir”.

Pero esta no es la primera vez que la institución religiosa cuestiona la responsabilidad de las víctimas en los casos de pedofilia.

El 6 de octubre de 2015, en una entrevista televisada el sacerdote Gino Flaim dijo que muchos de los casos de pederastia también eran “culpa de los niños que buscan afecto”.

El religioso que pertenecía a la diócesis de Trento, en el norte de Italia, declaró en el canal “La 7 Attualita”: “Desafortunadamente hay niños que buscan afecto debido a que no lo tienen en casa y entonces si encuentran a un sacerdote, éste podría incluso caer en la tentación. Yo lo entiendo”.

Dos días después la diócesis lo revocó su cargo pastoral y le retiró el derecho a predicar. Además emitió un comunicado en el que dijo que las declaraciones de Flaim “no representan, de ninguna manera, la posición de la Arquidiócesis de Trento”.

En octubre de 2013 el líder de la iglesia católica polaca, el arzobispo Jozef Michalik, salió ante los medios para responder por un escándalo de pederastia, pero sus declaraciones fueron rechazadas en todo el mundo. Según Michalik, los niños de familias con problemas se acercan a los sacerdotes y les hacen perder el rumbo.

“Algunos casos de abusos podrían haber sido evitados si la relación entre los padres fuese una relación sana (...) habitualmente escuchamos que un comportamiento equivocado o un abuso se produce cuando el niño está buscando afecto”, dijo.

Cuando el escándalo se desató el mismo Michalik se disculpó y dijo que sus comentarios fueron producto de un “lapsus” y que realmente la institución religiosa tiene “tolerancia cero” en casos de pedofilia.

En octubre de 2011, en medio de un juicio por abusos sexuales a menores, el arzobispo Robert Cunningham de la diócesis de Syracuse, en Nueva York, fue llamado como testigo. Al ser cuestionado sobre si era o no pecado del cura procesado, el arzobispo dijo: “El niño es culpable”. Días más tarde, cuando la prensa lo confrontó, matizó su declaración diciendo: “Quiero decir que no conozco las circunstancias por completo. ¿Acaso el muchacho lo alentó o consintió de alguna manera?”.

En medio del escándalo, el religioso publicó finalmente una carta en su defensa diciendo que habló desde el desconocimiento. “Me entristece leer el artículo (publicado en el diario Syracuse.com) y darme cuenta de que mis palabras dieron impresión equivocada a las víctimas, sus familias y la diócesis de que pienso que las víctimas de abuso tienen la culpa. Nada podría estar más lejos de la verdad”.

En abril de 2010 el obispo Felipe Arizmendi, adscrito a la diócesis mexicana de San Cristóbal de las Casas (Chiapas) culpó a la sociedad de la pederastia. “Ante la actual invasión de erotismo no es fácil mantenerse fiel en el celibato ni en el respeto a los niños (...) Es muy difícil para un sacerdote mantenerse casto y célibe cuando hay tanto incentivo en sentido contrario. No queremos rehuir a nuestra responsabilidad, pero toda la sociedad tiene que revisarse”, dijo.

Incluso el papa Benedicto XVI, en su discurso navideño de 2010, causó indignación entre las víctimas con unas declaraciones que muchos tomaron como justificación a la pedofilia. “En los años setenta, se teorizó que la pedofilia era algo completamente conforme con el hombre e incluso con el niño. Sin embargo, esto formaba parte de una perversión de fondo del concepto de ethos. Se afirmaba —incluso en el ámbito de la teología católica— que no existía ni el mal ni el bien en sí mismos. Existía sólo un ‘mejor que’ y un ‘peor que’”.

Días antes, cuestionado por la prensa, había dicho que ya estaba tomando acciones para afrontar ese mal en la iglesia. “No podemos permanecer en silencio en el contexto de estos tiempos en los que esos eventos (pornografía infantil) han salido a la luz y parecen ser considerados más y más normales por la sociedad”.

En España fue el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, quien dijo en 2007 que podría haber casos en los que los menores de edad hayan consentido las relaciones sexuales con los sacerdotes. “Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan”, dijo en ese entonces Álvarez y sus declaraciones fueron reproducidas por todos los diarios locales.

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