En el aniversario de su propia elección como presidente de Estados Unidos, Donald Trump recibió un mazazo con la victoria de los demócratas en tres escenarios relevantes del país, los estados de Virginia y Nueva Jersey, tal como la ciudad de Nueva York. Se trata de los primeros triunfos que se anota el grupo político progresista y liberal tras la llegada al poder del magnate.
“El martes fue de un punzante repudio a Trump en el primer aniversario de su elección”, y “la victoria de Northam le da a los demócratas su primer triunfo clave”, así titulaba el diario The Washington Post, uno de los principales de EE. UU, la derrota sufrida por los republicanos.
Efectivamente, el principal golpe contra los republicanos provino del agrario estado de Virginia, uno de los más importantes del país por su historia, por ser considerado un barómetro político, y por su ubicación —entre el norte y el sur, pegado al Distrito de Columbia (D.C)—. Allí el médico y veterano militar Ralph Northam se pudo sobreponer a la maquinaria rural y discursos populistas que quiso reeditar el republicano Ed Gillespie, intentando replicar la estrategia de Trump.
Mientras que el magnate aseguró que el candidato no se acercó lo suficiente a sus posturas políticas, el expresidente Barack Obama —quien incluso apareció en los eventos demócratas semanas antes de la votación— felicitó a Northam argumentando que el logro fue producto de que los progresistas unieron filas.
“Gillespie trabajó duro pero no se adhirió a mí ni a lo que represento. Recuerden que los republicanos ganamos cuatro escaños de cuatro, y con la economía dejando cifras récord, seguiremos ganando”, dijo Trump en Twitter.
“Esto es lo que pasa cuando la gente vota. Felicitaciones @RalphNortham y @PhilMurphyNJ. Y felicitaciones a todos los triunfadores en legislativas estatales, en comicios de condado y alcaldes. ¡Cada oficina cuenta en una democracia!”, dijo Obama en la misma red social.
El expresidente demócrata se refería también al triunfo de Phil Murphy en Nueva Jersey, estado controlado por un cercano aliado de Trump como Chris Christie, sumido en altos niveles de desaprobación. Asimismo, y no en menor medida, incluyó en las felicitaciones a Nueva York, donde a pesar de los atentados yihadistas del pasado 31 de octubre —hecho que según expertos tiende a beneficiar a los políticos conservadores—, la ciudadanía refrendó su gestión abierta y multicultural con 66,5 % de los apoyos.