Es poco lo que se conoce de las finanzas de Venezuela como Estado. El hermetismo de los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro llevó a que desde 2005 se cambiaran las disposiciones básicas para publicar los datos de la nación, recortando cada vez más la información disponible al público, al punto que los venezolanos pasaron seis años sin conocer el presupuesto general del Palacio de Miraflores.
Desde 2015 no se divulgaba esa información, pero el régimen rompió ese silencio esta Navidad, al publicar algunos datos de su presupuesto para el año fiscal 2022, en un proyecto que fue presentando ante la Asamblea Nacional (de corte oficialista) por la vicepesidenta y ministra de Finanzas, Delcy Rodríguez. Empero, son pocas las cifras que revelaron y no trazaron metas macroeconómicas.
El presupuesto de Venezuela para 2022 es de 62.379 millones de bolívares digitales, la moneda que crearon en octubre de este año ante la escasez de billetes, la inminente dolarización y la presión de la hiperinflación sobre el bolívar normal. Para completar, Rodríguez esboza que ese monto corresponde a 248 millones de petros, la criptopmoneda que crearon en 2018.
En un lenguaje más tangible para la economía global, ese valor equivale a 13.300 millones de dólares, aproximadamente, un rubro que cambia según la tasa de cambio que se tome como referencia. Para comparar, el presupuesto de Colombia para 2022 es de 350,4 billones de pesos, cerca de 90.223 millones de dólares.
Por primera vez en seis años, la administración de Nicolás Maduro presentó sus cuentas ante el parlamento, como lo dicta la Constitución. La explicación del por qué ahora sí cumple con ese deber es simple: hasta finales de 2020 la Asamblea Nacional estaba en manos de la oposición y el régimen despojó de sus funciones a los diputados.
Ahora Maduro y Rodríguez optan por rendir cuentas ante 277 parlamentarios, de los que 265 son del bloque de oficialista del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), un grupo que poco o nada cuestiona sus planes económicos.
El plan trazado por el régimen no aclara cuál es la meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), tampoco la de la inflación, la tasa de interés del Banco Central de Venezuela, el tipo de cambio o los objetivos con relación a la producción de petróleo y sus exportaciones.
Se conoce que el 84% de los ingresos saldría de la venta del crudo y que casi la mitad del rubro total será financiado con endeudamiento, una acotación que hacen justo cuando Maduro está pidiendo a los países árabes que inviertan en Venezuela.