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El Buró Federal de Investigaciones (FBI) hizo un llamado de alerta a las entidades asociadas con los Juegos Olímpicos de Tokio, pues existe la posibilidad de que sufran ataques “distribuidos de denegación de servicio (DDoS), es decir, ataques a sistemas o redes de computadores, campañas de phishing (engaño para conseguir información confidencial) o amenazas internas para bloquear o interrumpir las transmisiones en vivo del evento. Robar, posiblemente piratear, filtrar y retener datos confidenciales y afectar la infraestructura digital pública o privada que respalda el evento”.
La entidad añadió que “la actividad maliciosa podría interrumpir múltiples funciones, incluidos los entornos de transmisión de medios, los hoteles, el tránsito, la emisión de boletos o la seguridad”. Además, hizo énfasis en que esta edición está más propensa a sufrir de dichos ataques debido a que las transmisiones “se seguirán únicamente a través de retransmisiones o de plataformas digitales, debido a la prohibición de contar con espectadores presenciales”.
Asimismo, recomendó a los socios y proveedores de servicios mantener la continuidad de sus servicios, así como regular y monitorear sus redes.
Tom Kellermann, jefe de Estrategia de Ciberseguridad en VMware y miembro de la Junta Asesora de Investigaciones Cibernéticas del Servicio Secreto, comentó a Fox News que “los actores estatales de países que han sido excluidos de los Juegos Olímpicos podrían ser especialmente activos”.
En el mismo sentido, Lisa Plaggemier, directora ejecutiva de la Alianza Nacional de Seguridad Cibernética, aseguró al mismo medio que es probable que los ataques puedan ser realizados por “Rusia, China o grupos organizados” que “anteriormente han estado vinculados con ataques cibernéticos”.
En los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, en 2018, el comité de organización del evento confirmó que sus servidores fueron hackeados durante la ceremonia de apertura del evento.
Hubo deficiencias en el internet y mal funcionamiento en los televisores del centro de prensa, en consecuencia se decidió cerrar servidores adicionales para evitar mayores daños, por lo que la página web dejó de funcionar. Dada la situación, los espectadores que habían adquirido sus entradas por internet no pudieron imprimirlas.
En esa oportunidad el FBI acusó a atacantes rusos de utilizar un virus informático bautizado como Olympic Destroyer, un malware que aprovecha las características de Windows y de la Interfaz de Programación de Aplicaciones (API), para expandirse en las redes de computadores y realizar el daño.
Creo en el poder que tienen las historias para cambiar el mundo. Soy cantante aficionada y viajera empedernida. A veces tomo fotos.