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La Unión Europea traza ambiciosa meta para reducir las emisiones de carbono

Polonia, que aún depende del carbón para producir electricidad, pide rutas claras para la transición.

  • Ante el Parlamento, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometió a poner al bloque como ejemplo mundial de lucha contra el cambio climático. FOTO AFP
    Ante el Parlamento, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometió a poner al bloque como ejemplo mundial de lucha contra el cambio climático. FOTO AFP
17 de septiembre de 2020
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Cuando en la cumbre que dio origen al Acuerdo de París, en 2015, Europa se comprometió con ser el primer continente que se declare carbono neutro en un plazo no mayor a 30 años, el gobierno polaco fue el primero en oponerse. De hecho, en diciembre de 2019, ese también fue el único país de la Unión en no asumir ese reto de cara a la COP25, pues se dice incapaz de lograrlo. Pero ayer, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, volvió a ejercer presión para que el bloque se presente ante el mundo como líder de la transición energética.

En su primer discurso del año ante el Parlamento sobre el estado de la Unión, en el que también tocó temas como la dura negociación posbrexit con el Reino Unido y lo que ella denominó “el nacionalismo de las vacunas”, que podría poner en peligro la superación de la pandemia, Von der Leyen puso la cuestión ambiental en el centro de las preocupaciones y anunció que impulsará una nueva meta de reducción de emisiones de CO2, pasando del 40% a por lo menos 55% hasta 2030, un objetivo que definió como “ambicioso” y “alcanzable”.

Como era de esperarse, Polonia, un país que según datos de la Asociación Europea del Carbón y el Lignito (Eurocoal) depende de dichos minerales para producir el 78 % de su energía eléctrica, no estuvo de acuerdo.

Hace dos semanas, el viceprimer ministro polaco Jacek Sasin había declarado a medios locales que la transición energética en su país estaba en marcha: “Creemos que la dependencia de Polonia de la energía del carbón llegará a su fin en 2060. Hoy, el mercado de capacidad nos permite garantizar la financiación de la energía del carbón hasta 2040”. Sin embargo, no ha sido fácil plantear alternativas para el sector minero.

Según cifras del sindicato Solidarność, dirigido por el premio Nobel de Paz Lech Walesa, medio millón de empleos dependen de la extracción y procesamiento del carbón en el país e intentos anteriores de transición energética han impactado severamente en el desempleo y han dado pie a la configuración de los denominados “pozos de pobreza”, minas clandestinas a las afueras de las grandes ciudades.

A eso se suma que Europa “no ha orientado de la mejor manera” a sus países para la descarbonización. Así lo consigna un informe del Tribunal de Cuentas, instancia que se encarga de auditar las acciones del bloque de países, y que analizó la manera en que funciona el actual régimen de comercio de derechos de emisión de CO2, particularmente en Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía, la República Checa, Estonia, Lituania y Chipre.

El reporte advirtió que si bien Europa avanza por buen camino para cumplir la reducción de emisiones planteada a 2020, “no ocurre lo mismo con los objetivos previstos para 2030 y 2050”.

“Manifestamos nuestra preocupación, pues ante las nuevas metas trazadas por (Úrsula) Von der Leyen este miércoles, no se presentaron medidas para alcanzarlas”, dice el pronunciamiento del Gobierno polaco divulgado al término del discurso de la presidenta de la Comunidad Europea ante el parlamento.

Ella, por su parte, matizó que aunque se trata de un desafío enorme, confía en que la meta sea posible: “Admito que este aumento de 40% a 55% es demasiado para algunos e insuficiente para otros”, dijo y luego añadió que se trata de un desafío que “nuestra economía y nuestra industria puede enfrentar”.

Y como primer paso en el camino para lograrlo, adelantó que el 30% del gigantesco plan europeo de recuperación, de 750.000 millones de euros que los Estados miembros acordaron en julio para salir de la crisis provocada por la pandemia covid-19, se financiará con bonos verdes, es decir, emitidos para inversión específicamente en iniciativas como la gestión responsable de residuos, la eficiencia energética, el control de la contaminación o la movilidad sostenible.

Por lo pronto y aunque se radicó en marzo, el Parlamento Europeo sigue discutiendo la Ley Climática que daría piso legal al ambicioso objetivo de Von der Leyen. Le queda por delante un camino largo: la votación en plenaria y la conciliación con el Consejo y la Comisión del bloque .

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