Pese a que las autoridades alemanas confirmaron que el ataque con un camión a un mercado navideño de Berlín fue un “acto terrorista” con todas las características del extremismo islámico, se vieron obligadas a dejar en libertad al paquistaní que, presumían, condujo el vehículo.
Sin pruebas para culpar a este hombre, solicitante de asilo en Alemania, los fiscales siguen sin pistas sobre el paradero de quien provocó la muerte de 12 personas y dejó heridas a medio centenar.
Mientras tanto, las críticas de la derecha a la canciller Angela Merkel, que permitió la llegada de 890.000 migrantes el año pasado, se avivaron.
“Con el argumento de ayudar a la gente, Merkel ha rendido por completo nuestra seguridad interna”, dijo Frauke Petry, copresidenta del partido Alternativa por Alemania.
“El estado debe ser capaz de revisar a cada refugiado que llega aquí”, añadió para la cadena pública alemana ARD, Manfred Weber, miembro del partido conservador.
Según Marcos Peckel, experto en terrorismo de la Universidad Externado, aunque es prematuro determinar el impacto de este hecho en la carrera de Merkel, si una serie de atentados como el del lunes siguen ocurriendo, su candidatura para elegirse por cuarta vez como canciller estará en riesgo.
“Esa sería una lástima, porque ella es de las pocas defensoras de la democracia liberal en el mundo, y su salida de la política significaría fortalecer los triunfos de la extrema derecha, una mayor radicalización de Europa y el cierre definitivo de lo que queda de la política de puertas abiertas en ese continente”, opina el investigador.