Corea del Norte volvió a disparar, esta vez hacia las aguas de la zona económica japonesa. El lanzamiento de este misil balístico intercontinental fue el segundo en dos días.
Al parecer, este misil habría sido disparado desde la zona de Sunan en Pyongyang directamente hacia el mar de Japón. Así lo confirmó el Estado Mayor surcoreano que también lo catalogó como de largo alcance e incluso determinó la hora de impacto en la zona.
El artefacto recorrió una distancia de unos 1.000 kilómetros a una altura máxima de 6.100 kilómetros y velocidad de Mach 22, según el ejército surcoreano, que calificó el lanzamiento como “una amenaza a la paz y estabilidad en la península coreana”.
En declaraciones a la prensa en Bangkok, donde participa en una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, aseguró que el misil habría caído en aguas de la zona económica exclusiva de su país, cerca de la región norteña de Hokkaido. Y el ministro de Defensa, Yasukazu Hamada, aseguró que podría incluso llegar a territorio estadounidense.
“Basados en cálculos que consideran la trayectoria, el misil balístico esta vez pudo haber tenido un alcance de 15.000 km, dependiendo del peso de la ojiva, y si es así, podría alcanzar Estados Unidos”, afirmó Hamada.
Frente a estas declaraciones, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, Kishida y los líderes de Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y Canadá prometieron presionar a Corea del Norte, durante una reunión de emergencia sobre el tema en Bangkok.
“Condenamos firmemente estas acciones y reiteramos el llamado para que Corea del Norte cese estos actos ilegales y desestabilizadores”, dijo Harris a los periodistas.
Horas después del lanzamiento, Japón y Estados Unidos anunciaron que realizaron ejercicios militares conjuntos en el espacio aéreo sobre el mar de Japón, unas maniobras que “reafirman la firme voluntad” de la alianza japonesa-estadounidense de “responder a cualquier situación”, según el ministerio de Defensa japonés.