Hay historias de fe, de esos pequeños milagros que transforman vidas, de momentos de disgusto que terminan en giros inesperados, y de golpes de suerte que parecen salidos de un cuento. La historia de uno de los clientes de Eduardo, un vendedor de lotería que hace 40 años se ubica en Mercados Madrid, en Medellín, combina todo eso en un solo relato.
Día tras día, entre risas, charlas y anécdotas, Eduardo ofrece la posibilidad de que la suerte toque la puerta de cualquiera que se atreva a intentarlo. Pero, ¿qué hace que esta historia en particular sea tan especial?, ¿qué misterio encierra el número que terminó cambiando una vida?
En octubre de 2024, Eduardo llegó a su puesto de trabajo de manera habitual. Durante años, le había vendido el número 1947 de la Extra de Colombia a un cliente de carácter difícil, conocido por su mal genio. Pero un día, un malentendido lo cambió todo: este se molestó porque Eduardo le había entregado dicho billete días antes y se le ocurrió cobrárselo. Indignado, el hombre decidió no volver a comprarle lotería. Desde entonces, lo evitaba a toda costa, si lo veía a lo lejos, cruzaba la calle como si quisiera también escapar de la suerte.
Sin embargo, la última semana de octubre, el cliente reapareció en el Mercado. Esta vez, no pudo esquivar a Eduardo, quien, fiel a su estilo persistente, le ofreció nuevamente el número 1947, pero el hombre, aún enfadado, lo rechazó de inmediato y se lo devolvió con desprecio.
Un giro en la historia
Al cabo de unas horas, apareció un hombre de edad madura. En su andar pausado, se notaba que disfrutaba de los años de pensión. Buscaba un billete con la fecha de nacimiento de su madre: el año 1927.
Eduardo, con su don innato para vender lotería y un poco de picardía, le respondió que no tenía ese número, pero sí uno que era prácticamente un tesoro: el 1947. “Este billete es un regalo de su madre desde el más allá”, dijo con convicción, arrancándole una sonrisa al hombre, quien pese a dudarlo por un momento, terminó comprándolo.
Al día siguiente, al salir de la misa dominical, en la Iglesia San José de Calasanz, recordó el billete de lotería. Algo en su interior le dijo que debía consultar los resultados. Intentó buscar un lotero, pero, siendo domingo, casi ninguno trabajaba. Entonces, pidió a su nieto que buscara los resultados en Internet. Lo que ocurrió después fue digno de una película: cuando el joven le mostró los números ganadores, el hombre sintió que las piernas le temblaban. ¡El número 1947 había ganado el mayor del Extra de Colombia! Doce mil millones de pesos. Un golpe de suerte que parecía ser un milagro.
Hoy, en Plaza Madrid, todos buscan a Eduardo. La noticia corrió como pan caliente. Ahora, incluso se forman filas para comprar la lotería, y todos le piden la Extra de Colombia con algún número asociado a un ser querido.
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