Barack Obama abordó las horas previas a su investidura como presidente de Estados Unidos con una combinación de solemnidad y festejo, al colocar una ofrenda en una tumba militar antes de asistir a un concierto de Bruce Springsteen al aire libre.
En un corto discurso a la gente que esperaba un gran concierto en su honor en el Monumento a Lincoln, en el centro de Washigton, Obama lanzó un mensaje de unidad.
"Si nos podemos reconocer los unos en los otros y unirnos, no solamente recuperaremos la esperanza y la posibilidad en lugares donde se ansiaban, sino que también, quizás, mejoraremos nuestro país", dijo Obama.
Los eventos reflejan el entusiasmo popular por su elección como primer presidente negro de Estados Unidos, mitigados por el hecho de que el país está sosteniendo guerras en Irak y Afganistán y confronta su peor crisis económica desde la Gran Depresión.
Caminando uno al lado del otro, Obama y el vicepresidente electo Joe Biden colocaron una ofrenda floral en la Tumba de los Desconocidos en el Cementerio Nacional de Arlington, cuya pieza central es un mausoleo de mármol blanco que yace por encima del sepulcro de un soldado desconocido que murió en la Primera Guerra Mundial.
El demócrata por Illinois, quien jurará mañana, realizó el gesto mientras sus principales asesores daban entrevistas de televisión que enfatizaban sus planes para sofocar la crisis financiera que comenzó en Estados Unidos y se ha extendido al mundo.
La tasa de desempleo estadounidense subió al 7,2 por ciento en diciembre, su mayor nivel en cerca de 16 años, y 2,6 millones de personas en Estados Unidos han perdido sus trabajos en el último año, la mayor caída del empleo desde 1945.
"Estos problemas no se formaron en una semana o un año y no van a ser reparados en una semana o un mes o un año", dijo Lawrence Summers, el próximo futuro director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.
"No hay duda, casi no hay duda, que la economía va a declinar durante algún tiempo próximamente", agregó.
Sobre las guerras que libra E.U., Obama ha dicho que quiere sacar a las fuerzas de combate estadounidenses de Irak dentro de los 16 meses de asumir como presidente, pero su facultad de hacerlo depende de que la violencia en ese país decline.
También se comprometió a enviar más fuerzas estadounidenses a Afganistán para afrontar la violencia insurgente que ha crecido en años recientes.
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