Contaba el padre Alberto Moreno que una vez se le presentó una pareja de campesinos pidiéndole que los casara, pero el montañerito le dijo que no sabía nada de religión, pues desde su lejana primera comunión no había vuelto a una iglesia. El padre le dijo:
-Bueno, yo te voy a ayudar y a preparar. Después le hizo un resumen de historia sagrada y le preguntó:
-Decime, Rafael: ¿Crees en Dios padre Todopoderoso? ¿En su Hijo, Nuestro Señor? El campesino iba respondiendo que sí creía.
Y siguió el padre preguntando: ¿Crees que Jesucristo volverá a juzgar a vivos y muertos?
-Hay sí no mi padrecito, esa sí no se la creo. ¡Como le fue de mal aquí! Ese no vuelve. Yo no volvería.
-Pues hombre Rafa, si no crees, no te puedo casar. Dijo el padre Moreno.
-Bueno padre, le creo por lo del casorio. Pero allá verá que no vuelve.
Profunda emoción de antioqueños agradecidos sentimos ayer al ver entrar al "mayor general José María Córdova" al recinto de la Asamblea Departamental, acompañado de doña Pascuala Muñoz, su madre, doña Manuela Morales, su novia y sus oficiales más cercanos. Representados por artistas.
El héroe de Ayacucho y Chorros Blancos y otras treinta batallas durante la independencia de cinco repúblicas de América hace doscientos años, volvió a su patria. Volvió José María, después de que el mismo ejército que comandó triunfante en tantas batallas, marchó contra él en El Santuario, porque no aceptó que se estuviera conspirando contra la Constitución Democrática de la República y se pretendía constituir un gobierno dictatorial y vitalicio inspirado por los militares venezolanos que asesoraban al Libertador Simón Bolívar.
Como descendiente directo del médico y coronel irlandés Hugo Blair Brown, tengo que confesar que me duele la traición de los irlandeses, General Daniel F. O'Leary como jefe y del capitán segundo Ruperto Hand como autor material de la muerte del héroe, después de estar herido y desarmado en una improvisada enfermería. Lo mataron cobardemente porque le temían. Pero la muerte del mayor general José María Córdova atajó la dictadura y hoy tenemos democracia en Colombia. Si en Chorros Blancos Córdova atajó la reconquista española, haciendo correr a Warleta, en El Santuario atajó la dictadura con su muerte, pues Bolívar entendió el mensaje al perder a su amigo y al "mejor general de la Independencia y el más valiente enemigo de la dictadura" (Julio César Turbay).
Gracias a la Asamblea Departamental de Antioquia, al gobernador Luis Alfredo Ramos y al secretario de Educación, Humberto Díez. Al diputado Nicolás Pineda, ponente de la Ordenanza que obliga la enseñanza de las hazañas del general Córdova en el Departamento. A los alcaldes de los municipios cordovistas y a los artistas que representaron a los históricos personajes.
Al amigo y diputado Nicolás Pineda le recordamos que Córdova no fue "el único aporte de Antioquia a la Independencia". Se le olvidaron Atanasio Girardot, Liborio Mejía, Salvador Córdova, Manuel Dimas del Corral, Juan María Gómez, Anselmo Pineda, Manuel Antonio Jaramillo. Mejor dicho Nicolás, no sigamos, porque fueron muchos, así el señorito Felipe Zuleta Lleras no nos reconozca nada a los antioqueños, por envidia.
ÑAPA. La Ministra de Cultura, Paula Moreno, dice que fue ella quien invitó personalmente a Silvio Rodríguez a cantar en Medellín durante el Congreso Iberoamericano de Cultura. Con dineros de la Nación y del Municipio de Medellín. Es decir, pagamos por ser colombianos y por vivir en Medellín ese concierto comunista. Tres mil millones de pesos. El alcalde Alonso no invita, pero paga. El comunista cantante es el que gana y a la ministra le importa un pito lo que pensemos.
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