x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Un hombre de baja estatura

  • Calixto | Calixto
    Calixto | Calixto
30 de octubre de 2010
bookmark

Trigésimo primer domingo ordinario


"Entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, como era bajo de estatura, se subió a una higuera para verlo" . San Lucas, cap. 19.

Algún pintor nos dibujó a Zaqueo con rasgos no muy amistosos: rechoncho, de baja estatura. Nariz prominente, barba hirsuta, ojos inyectados de sangre. Con la mano derecha, que ostenta varias sortijas, se sostiene el manto sobre el hombro. El puño de la izquierda lo apoya en su cadera, tal vez apretando unas monedas, o en actitud amenazante. El artista derramó sobre el lienzo todos los sentimientos de un judío contra los publicanos.

Zaqueo era jefe y supervisor de quienes cobraban el impuesto que financiaba a los romanos invasores. Un oficio, al cual los alcabaleros añadían frecuentes extorsiones en beneficio propio. Todo lo cual les ganaba el desprecio, aun más, el odio de sus conciudadanos.

San Lucas, quien gusta de describir con esmero las situaciones, señala que Jesús atravesaba entonces la ciudad de Jericó. La Biblia describe esta región de Jericó como una tierra fértil, donde crecían las rosas, las palmeras y los frutales. Pero este publicano deseaba ver al Señor. Lo cual no lograba, a causa de su baja estatura.

Entonces su curiosidad le sugirió un ardid: se subiría a un árbol junto al camino. No sería muy ágil nuestro hombre, si hemos de creer a aquel pintor. Pero alguien de la multitud pudo ayudarlo. Y ya lo vemos trepado en una higuera, o en un sicómoro, según traducen otros biblistas. Y desde allí observaba a la turba, tratando de identificar a Jesús.

Los evangelistas no señalan que Zaqueo gritara o llamara la atención del Señor. Pero lo cierto es que Jesús lo descubrió, a causa de su instinto peculiar para encontrarnos, cuando somos pecadores. Quizás también unos muchachos hacían burla de este hombre rollizo, instalado en su mirador. Su pose era en verdad ridícula.

Pero nuestro personaje no hacía caso y cuando el Señor pasaba tomó las cosas por el lado positivo, como es su costumbre. Sabía que aquel hombre era rico. Se sentiría honrado recibiéndolo. "Zaqueo, baja pronto, le dice el Maestro, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".

Deprisa, el publicano descendió del árbol y recibió a Jesús con alegría. Al ver esto, muchos murmuraban: ¿Qué clase de profeta es éste que entra en casa de un publicano?

San Lucas transcribe unas palabras del anfitrión, no sabemos si al comienzo, o al final de la cena: "Señor, la mitad de mis bienes la doy a los pobres y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces". El Maestro añadió de su parte: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abraham".

Zaqueo se libera entonces de una carga de injusticia y de riquezas que le oprimía el corazón. Ahora ya respira libremente.

Al contar este episodio, san Mateo, quien había sido también publicano, anota: "Jesús les dijo: No necesitan médico los sanos, sino los enfermos".

De un lado, nos admira la bondad del Señor, pero a la vez el esfuerzo de Zaqueo por encontrarlo. La misericordia de Dios permanece para siempre, como dice algún salmo. ¿Pero nosotros sí tratamos de buscarla?

(En 1980, este domingo 31 ordinario cayó el 2 de noviembre, Día de Difuntos, y sobre este tema versó el comentario de Calixto. El que hoy se publica es de un año posterior).

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD