Aunque este es un tema de hombres, también les incumbe a sus mujeres.
Sí, porque cuando se llega a los 40 años hay que comenzar a pensar en eso allá abajo: la próstata, esa pequeña glándula que tanto temor, por punta y punta, genera.
Primero hay que advertir que en temas de salud se vuelve uno loco. Y lo que un médico quita, otro no; lo que un estudio concluye, otro lo niega.
Vimos el año pasado que una extensa revisión de investigaciones concluía que no hay razones serias para endilgarle a la sal los problemas del corazón (del mango, porque para los otros con sal o sin sal es un solo dolor).
Este año también se afirmó que eso que tanto seduce a hombres y mujeres, y tantas infidelidades les hace cometer, el azúcar, (malpensados), es un veneno que conduce de a poco a una muerte que así sea dulce, es muerte.
A comienzos de semana hubo un nuevo revuelo: el Grupo de Trabajo Preventivo de Estados Unidos, que aconseja a su gobierno en temas de salud, ese que ya había dicho que una mamografía en mujeres de 40 a 49 provocaba más daños que beneficios, dijo que la prueba del Antígeno Específico de Próstata no sirve, que solo ayuda a un hombre entre mil a no morir de cáncer de próstata, mientras que cinco de cada mil mueren dentro del mes siguiente a una operación por cáncer de próstata.
La recomendación se publicó en Annals of Internal Medicine.
El Grupo sostiene que por cada 1.000 hombres examinados con el AEP, el tratamiento médico subsecuente hará que uno desarrolle un mortal coágulo de sangre, dos sufran ataques cardiacos y 40 impotencia o incontinencia urinaria.
Ahí ardió Troya. Muchos urólogos consideran que es la mejor arma existente para detectar este cáncer, así haya falsos positivos (¡como en todo!), pues un nivel alto puede ser provocado por otras afecciones prostáticas.
¿Qué queda si desaparece la prueba, que el grupo desaconseja practicarla a cualquier edad? Quizás solo el amenazante y temido dedo del urólogo, que no es más que hurgar por si las moscas.
Tal vez sea mejor pájaro en mano, así digan: vea, sufría de la próstata y murió de infarto.
Desconsuela que tras años de investigación sigamos tan desarmados frente a uno de los cánceres más comunes.
Maullido : Aceras del Aburrá llenas de indígenas desnutridos con niños harapientos en el suelo, desescolarizados. Eso no es autodeterminación, es maltrato infantil.
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