El presidente paraguayo, Fernando Lugo, cumple el domingo sus primeros cien días en el poder sin grandes avances en sus promesas de cambio, aunque los paraguayos, que califican como "regular" su gestión, mantienen la esperanza en su Gobierno.
El ex obispo asumió la jefatura de Estado el 15 de agosto pasado luego de su victoria histórica, al frente de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), en las elecciones generales del 20 de abril y terminar con seis décadas de poder absoluto del Partido Colorado.
Encuestas publicadas el domingo por los matutinos asuncenos La Nación y Última Hora revelan que la gestión de Lugo es calificada como "regular" por el 47,9 por ciento de los paraguayos, en el caso del primer rotativo, y por el 46,2% de la población, en el del segundo diario.
En contrapartida, el diario Abc Color destacó el domingo en un sondeo que el 60,1 por ciento de los paraguayos "aprueba" las políticas emprendidas por el jefe de Estado.
Los primeros cien días de administración del mandatario paraguayo mostraron que sus "metas no están claras todavía porque hay mucha improvisación" en su administración, dijo a Efe el analista Alfredo Boccia.
Agregó que la "lentitud" en la aplicación de políticas de renovación "choca con las expectativas de cambio que se había generado en la población".
Panorama en Paraguay
La llegada de Lugo al poder no solo marcó el final de más de seis décadas de hegemonía de los "colorados", sino además la asunción a la presidencia del primer ex obispo católico, luego de renunciar a su estado clerical en 2005 para dedicarse a la política.
Boccia opinó además que "da la impresión de que Lugo tiene como prioridad la estabilidad y la gobernabilidad en estos primeros meses".
Por su parte, el ex senador y también analista Gonzalo Quintana, opinó que "el presidente tiene un proyecto de cambio que no está en condiciones de imponer o compartir con la sociedad, porque considera que no está receptiva o madura para eso".
El jefe de Estado, referente de la Teología de la Liberación cuando ejercía el cargo de obispo, ha elogiado los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, uno de los principales promotores del "socialismo del siglo XXI", así como el de Rafael Correa en Ecuador y el de Evo Morales en Bolivia.
En cuanto al conflicto generado en el campo a causa de las amenazas de ocupaciones por parte de grupos de "sin tierra" y la demanda de mayor seguridad de los productores agrícolas, principalmente de soja, Lugo decretó la creación de la Coordinadora Ejecutiva para la Reforma Agraria para responder a esos reclamos.
Esa medida también busca canalizar los pedidos de acceso a tierras de grupos de campesinos, aliados a organizaciones civiles que exigen el cambio de autoridades judiciales y de la Fiscalía, que se manifestaron en las últimas semanas en varias regiones.
Según referentes de la oposición, esas movilizaciones fueron motivadas por sectores provenientes del propio Gobierno.
En ese sentido, Quintana recordó que el jefe de Estado "siempre dijo que se apoyaría en ese tipo de movilizaciones populares cuando las instituciones constituidas no respondan a las demandas".
Por otra parte, el jefe de Estado, quien había destacado como una de sus principales promesas electorales la lucha contra la corrupción, promovió denuncias contra funcionarios de la Administración Nacional de Navegación y Puertos.
Además, denunció a autoridades paraguayas de la hidroeléctrica paraguayo-brasileña Itaipú durante el anterior Gobierno por ese tipo de delitos.
Lugo y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, decretaron en septiembre pasado la creación de una comisión binacional para atender los reclamos de Paraguay.
Asunción exige, entre otras cosas, disponer libremente de la parte que le corresponde de la energía que genera la hidroeléctrica, así como la modificación del tratado de construcción de la represa, firmado en 1973, este último punto al que se oponen las autoridades brasileñas.
Lugo también dispuso a partir del primero de octubre pasado la gratuidad de cirugías de todo tipo, de cuidados intensivos y otras asistencias de complejidad en todos los servicios hospitalarios públicos del país, una de sus promesas de electorales.
Acometió además con firmeza la renovación de la cúpula castrense, presidida desde el día 19 pasado por el general Cíbar Benítez, quien sustituyó a Bernardino Soto Estigarribia, como comandante de las Fuerzas Militares.
Ese cambio supuso además la segunda remodelación de la cúpula militar desde que asumió el poder el ex obispo, a quien acompaña como vicepresidente Federico Franco, del Partido Libertar Radical Auténtico, agrupación de centro derecha y principal aliada del mandatario en el Parlamento.