La llave de la paz que el presidente Juan Manuel Santos mantuvo guardada durante los dos primeros años de su gobierno, fue sacada ayer del fondo de su bolsillo cuando afirmó en televisión que sí se está dialogando con las Farc.
En una corta intervención, dijo que “desde el primer día de mi Gobierno he cumplido con la obligación constitucional de buscar la paz”, y justo “en los próximos días se darán a conocer los resultados de los acercamientos con las Farc”.
Aunque el primer mandatario había guardado silencio ante los posibles acercamientos, ayer, después de las revelaciones de la cadena venezolana Telesur y RCN Radio que señalaron la firma de un tratado en La Habana, Cuba, aceptó que “se han desarrollado conversaciones exploratorias con las Farc para buscar el fin del conflicto”.
Ante los temores que pueden surgir debido a otros diálogos que fracasaron, Santos señaló que los acercamientos realizados con la guerrilla “y los que se hagan en el futuro”, estarán en marcados en tres principios rectores:
“Primero: Vamos a aprender de los errores del pasado para no repetirlo. Segundo: Cualquier proceso debe llevar al fin del conflicto, no a su prolongación. Tercero: Se mantendrán las operaciones y la presencia militar sobre cada centímetro del territorio nacional”.
Después de afirmarse que el 5 de octubre empezarían en Oslo, Noruega, las negociaciones que después se instalarían en Cuba entre el Gobierno y las Farc, el Eln se manifestó por medio de un comunicado en el que afirmó que “nuestra comandancia ha expresado con claridad que el Eln está dispuesto a abrir el diálogo con el actual Gobierno, en un proceso serio, responsable, respetuoso, sin trampas y sin hostilidad, que facilite el restablecimiento de la confianza y genere un ambiente favorable para abordar las causas del conflicto armado y social”.
Santos les respondió que estaría dispuesto a negociar siempre y cuando ese grupo guerrillero acepte los “principios rectores”. Además, el mandatario no dio fechas ni lugares ni nombres, pero aseveró que en los próximos días “se darán a conocer los resultados de los acercamientos. Los colombianos pueden confiar plenamente en que este Gobierno está obrando con prudencia, con seriedad y con firmeza, anteponiendo siempre el bienestar y la tranquilidad de todos los habitantes de nuestro país”.
Los tres puntos de la agenda
Aunque el presidente Santos no se manifestó sobre los puntos que se tratarían en la agenda en una posible negociación con las Farc, fuentes cercanas a la casa de Nariño le confirmaron a El Colombiano, que esta estaría construida sobre tres ejes fundamentales: el tema de las tierras y el narcotráfico, la participación política y los derechos humanos.
Precisó que en este momento se ha terminado con la primera etapa de orden técnico en la cual se definió el lugar, el número de personas que participarán, la capacidad de los representantes de ambas partes, la financiación y los países que brindarán su apoyo”.
Luis Eduardo Celis, investigador y analista del conflicto armado, señaló que la agenda o por lo menos parte de esta, “ya está construida. Es un gran punto el tema de participación política, que definiría la participación de los guerrilleros”; además, se evaluarían las posibles violaciones a los derechos humanos mientras se hizo parte de la guerrilla y el manejo de esta situación tras una posible desmovilización.
El tema del narcotráfico es de trascendental importancia ante una posible solicitud de extradición de varios de los comandantes guerrilleros. Se sabe que las Farc cuentan con 19 frentes dedicados a la cadena de producción de cocaína, entre los que figuran el 57 en el Urabá antioqueño y chocoano; el 18 y 36 en el Nudo de Paramillo y Bajo Cauca antioqueño; el 33 en Catatumbo; el 1, 16, 10 y 44 en Caquetá y la región de los Llanos Orientales.
“Entre esos comandantes tendríamos a ‘Germán Briceño Suárez’ o alias ‘Grannobles’, quien es uno de los comandantes que se ha dedicado a andar en camionetas lujosas y a gastarse todo el dinero recaudado del negocio del narcotráfico”, precisaron fuentes de Inteligencia Militar.
Ariel Ávila, investigador de la corporación Nuevo Arco Iris, explicó que en las eventuales conversaciones de paz, “tendría que haber unos acuerdos con la comunidad internacional para la no pedida en extradición por temas de narcotráfico y temas de derechos humanos”.
No obstante, para Jaime Jaramillo Panesso, analista político, “se desconoce cuáles son los puntos de la agenda y la guerrilla no ha mostrado pruebas fehacientes de paz como lo solicitó el Presidente en alguna ocasión, sino pruebas fehacientes de guerra”.
Jaramillo indicó que la guerrilla debe manifestar una política de paz “con la entrega de armas, la desmovilización y el cese al fuego. Los colombianos estamos curados de 30 años de negociación en los que no se ha podido avanzar lo suficiente en el camino de la paz”.
Reacciones de la alocución
Juan Gabriel Uribe, exasesor de Paz, dijo que aunque el Presidente no se refirió a los acercamientos en Cuba ni a la firma de algún acuerdo, “sí los confirmó porque no tenía necesidad de decirlo. Al parecer, él no quiere que este proceso sea el de las grandes ‘chivas’ ni de las repercusiones mediáticas, sino que sea un proceso profesional y serio”.
Desde la experiencia, Víctor G. Ricardo, exalto comisionado para la Paz, se mostró confiado porque “si el Presidente dice que no se van a repetir los errores del pasado es porque conoce bien la historia. Hay que darle la confianza de que hará lo correcto”.
Lázaro José Vivero, exasesor de Paz, recordó lo que en un proceso de paz no se pueden obviar: “Tantos muertos de lado y lado, tantas cosas dichas ahora y en el pasado. Los temas que nadie habla de justicia, dignidad, respeto, riquezas, multinacionales, corrupción, niños, jóvenes, bacrim, generales, secuestrados y muchas más”.
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