La aplicación de la nueva Ley para la Conducción Bajo el Influjo del Alcohol y otras Sustancias Psicoactivas arroja resultados positivos, en sus primeras de cambio.
La prueba de fuego fue esta Nochebuena, primera bajo la vigencia de la nueva Ley 1696, y durante la cual no se registró ninguna muerte por causa de accidentes que involucraran a conductores ebrios.
La drasticidad de las penas ha sido un poderoso factor de disuasión, cuyo efecto esperamos se mantenga, conscientes de que en Colombia no siempre es la Ley, y menos la cárcel, la que provoca los grandes cambios en las costumbres sociales.
Creemos más en el efecto de las campañas de cero tolerancia, que insistan en la gravedad que entraña conducir bajo los efectos del alcohol o de sustancias psicoativas. Pese al frenazo que se observó en las muertes, no se puede bajar la guardia para las fiestas de fin de año.
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