Hace poco sintonicé un programa en un canal regional donde entrevistaban a una candidata al título de Señorita Antioquia 2009. Pasé volando pero me devolví, en un intento sincero de congraciarme con la causa. Pero no hay caso: ¡me rindo!
La candidata en pantalla estaba diciendo: "mi prioridad todos los días es la actualidad, mantenerme informada, leer muchos periódicos, en internet, porque igual me gusta más que el físico. Leo El Colombiano y el New York Times, por mi carrera de Negocios Internacionales?" ¿Entiende la relación? Yo tampoco. El presentador le preguntó qué opinaba de la situación política de Honduras. La candidata habló cinco minutos, le dio vueltas al tema, se salió de él y finalmente se metió en honduras. Y no era una estrategia aprendida de nuestro Presidente, tan hábil para eludir preguntas comprometedoras, sino una simple corchada con la noticia del día. ¡Estaba muy actualizada!
Admito que las reinas no son enciclopedias ambulantes, que el reinado no es de conocimientos, que de un ataque de pánico escénico nadie está libre, que tampoco están exentas de encontrarse con periodistas inquisidores que preguntan, contrapreguntan y ponen zancadillas, pero cada vez que alguna trastabilla y cae pienso que así como algunos ricos lo único que tienen es plata, muchas de estas reinitas tienen belleza, pero les falta un no sé qué por allá adentro, además de valentía y honestidad para decir "lo ignoro, no estoy enterada". ¡Como si fuera obligación ser Salomón!
En contraste, hay mujeres que han encontrado en el servicio y en el liderazgo social su principio de vida, sin importar la fachada. Para ellas es el concurso Mujeres Talento, organizado por la Alcaldía de Medellín, que en los últimos seis años ha premiado la aptitud y la vocación de quienes trabajan por su comunidad en cinco modalidades: desarrollo social y político, deportes, medios audiovisuales, ciencia y tecnología y emprendimiento empresarial. Son cinco ganadoras que reciben cincuenta millones de pesos cada una, para ejecutar un proyecto u obra de inversión social que beneficie a personas de un barrio de la ciudad o de sus corregimientos. El 10% se destina a cada ganadora como reconocimiento a su gestión.
Aquí no hay farándula ni saltos bruscos del salón de clases a la pantalla del televisor, pero se dignifica a la mujer sin convertir sus atributos físicos, naturales o prefabricados, en parámetros de valoración.
Cuanto más se empeñan los defensores de los reinados de belleza en decir que reina y cabeza hueca no es lo mismo, no faltan las que demuestran lo contrario, demasiadas, diría yo. Pero obvio: no todas las bonitas son brutas ni todas las feas son inteligentes. Ni tampoco es necesario ceñirse a un reinado porque a diario se ven exponentes de todas las categorías, pero entre las pispas de ojo y las talentosas me quedo con las segundas, porque demuestran que no todas somos frívolas, obsesivas ni estúpidas, capaces de tragarse un cepillo de dientes para vomitar hasta el alma porque "es que yo quiero tener un cuerpo superperfecto, o sea?".
Pico y Placa Medellín
viernes
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