Mario Alberto Yepes lloró el viernes en Barranquilla producto de la alegría, la satisfacción y el orgullo que le genera "haberle cumplido al país, aportando para clasificarlo al Mundial".
Para ello también le tocó derramar lágrimas de impotencia, porque en tres eliminatorias pasadas, recuerda, "tuvimos muchos momentos difíciles en los que el sueño se quedó en la mitad del camino pese a los esfuerzos de muchos que iniciamos este proceso desde la Eliminatoria hacia el Mundial de 2002".
Es consciente de que la hora de los lamentos ya le dio paso a las satisfacciones, sin embargo, hoy que ante Paraguay podría jugar su último partido eliminatorio con la Selección quiso acordarse de varios compañeros que tuvo en 16 años con el combinado patrio, caso de Gerardo Bedoya, Álex Viveros, Fredy Totono Grisales y Juan Pablo Ángel.
"Ellos también lucharon y sufrieron conmigo y por eso los pienso ahora que estamos plácidos y llenos de alegría por la clasificación con un grupo que me genera orgullo, porque difícilmente habrá otro encuentro en el que nos repongamos de un 0-3 y empatemos para sentenciar el retorno a la Copa Mundo".
Así de agradecido con sus compañeros y feliz se encuentra el capitán de la Selección, el mismo que admite que hizo fuerza para que Colombia regresara a Barranquilla y está mentalizado para llegar al centenario de partidos con el equipo en el Mundial, el sueño que tenía pendiente para cerrar por lo alto su carrera.
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