Después del susto que pasaron las mamás de las dos jovencitas de Medellín que aparecieron el martes en La Ceja, después de casi una semana de no saber de ellas, no deja de ser otro tipo de maltrato, el sicológico, que dos menores se "desaparezcan" y pongan a sufrir a toda una familia, y a correr a las autoridades para encontrarlas.
No hay derecho a que ahora las menores digan que se fueron de la casa porque sus progenitoras las maltrataban, sabiendo que hay instancias judiciales y comisarías de familia que ayudan a resolver los conflictos intrafamiliares. No resulta un buen ejemplo para muchos otros jóvenes huir de los hogares sin dejar rastro y, menos, poner en riesgo su propia integridad.
Así como no es la violencia el mejor camino para "educar" a los hijos, tampoco lo es "chantajear" a los padres con irse de la casa si no se aceptan sus condiciones. Es peligrosa la costumbre que están cogiendo algunos muchachos de "perderse" sin avisar para "castigar" a los padres. Eso también es maltrato.
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