Hablan de lluvia, bajas temperaturas, hasta rayos y centellas, cuando la Vuelta a España ingresa en la alta montaña: los Pirineos, con Vincenzo Nibali vestido de rojo.
Ayer, en la etapa 13 cuando hubo una porción de alta escalada bajo el sol, durante cuatro kilómetros, apenas 15 de los primeros de la general quedaron dentro del reducido paquete, en un test que sirvió para calibrar fuerzas. Y preciso ahí estaba Joaquim Purito Rodríguez (Katusha), con Nicolás Roche (Saxo) a su rueda y los demás pasando las de San Quintín en el Rat Penat, de primera categoría.
Antesala, con la victoria del jovencito Warren Barguil (Argos) -campeón del Tour del Porvenir del año pasado-, de la etapa 14 de 155,7 kilómetros, entre Bagá y Collada de La Gallina que presenta un premio de montaña especial, dos de segunda y otro de primera categoría en la llegada, como anota la agencia Efe.
Ayer, Rigoberto Urán -13 en la general, a 5.46 de Nibali- se mostró fuerte al igual que Sergio Henao -24, a 10.32-, mientras su compañero Xabier Zandio lograba la fuga, la que llegó a la meta en Castelldefels, donde se impuso la juventud de Barguil, en tanto Nibali, Roche, Valverde y Horner, que están en un puñado de 31 y 46 segundos, guardaban energías para las tres jornadas de alta montaña en los Pirineos.
Pico y Placa Medellín
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