La barba puede llevar tres días y hasta un poco más y no importa. Incluso es parte de lo que los hace ver más atractivos o, simplemente, más llamativos. Aunque no es lo que les interesa.
El término metrosexual hizo carrera en los últimos años y ha desaparecido, poco a poco. Hombres, homosexuales o heterosexuales, que están interesados en cada detalle de su cuerpo. Que todo esté bien cuidado, desde el pelo hasta las uñas.
Ahora surge otro prototipo que toma fuerza: el retrosexual.
Las palabrejas esas llegaron con el escritor británico Mark Simpson . Los retrosexuales son esas personas que intentan retomar las obligaciones de antaño (por eso el retro), porque tienen la intención de mantener esos rasgos que han caracterizado a los hombres siempre y que los define como tales.
Los retro son, entonces, personas que se ven bien pese a que no se ocupan tanto de su aspecto personal. Quieren ser autónomos, un poco machistas, sin llegar a extremos. Hombres maduros, con personalidad, que no son esclavos de la belleza.
Lucen barba, algo despeinados, un toque de desaliño y jamás se depilarían los pelos del pecho, por ejemplo. Lo que buscan, sobre todo, es mantener su esencia masculina. Ser como son.
El profesor de la Universidad de Antioquia, Hernando Muñoz, quien ha estudiado el tema del género, explica que ese término no es muy conocido.
"Se supone que los ubersexuales son los contrarios a los metrosexuales. No son personas que se cuidan, tienen cierto machismo tradicional. Exhiben un aspecto viril, sin abandonarse, ni ser sucios".
Siendo así, el ubersexual se acerca al retrosexual, en definición (de apariencia muy masculina, algo descuidada y de actitud segura), aunque algunos señalan que el retro está a medio camino entre el metro y el uber.
Hombres que quieren verse y actuar como hombres, sin llegar a extremos. Ahí está su atractivo. Como Juanes y Javier Bardem.
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