L a proliferación de estacionamientos de parqueo ubicados en la periferia del aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro ha llevado a que los administradores de estos sitios adelanten estrategias de fidelización de clientes y a una guerra de precios que ya tiene como resultado a 14 de estos investigados por parte de la Secretaría de tránsito del municipio de Rionegro.
Luis Neira, director de Tránsito local, explicó que siete investigaciones se adelantan porque los parqueaderos están cobrando por las 24 horas menos precio, $7.900 o $10 mil. "La resolución de la Administración municipal señala el cobro de $12 mil las 24 horas".
Además, otros siete porque cobran el mes a $100 mil o $120 mil, cuando la tarifa oficial expedida es de $70 mil por los 30 días.
De acuerdo con el funcionario, la Alcaldía empezó unas reuniones con las administraciones de los sitios de parqueo para homologar tarifas, invitarlos a su legalización y que cuenten con los permisos respectivos para su funcionamiento.
Crecen parqueaderos
Aunque las cuentas son diferentes, el dato concreto es que en los últimos años ha crecido el número de aparcaderos, al decir de Luis Alberto Ortiz, administrador del parqueadero Bipex: "hay demasiados, cuando empezamos éramos tres y ahora son más de 16".
Jorge Alberto Urrea, secretario de Planeación, indicó que son 8 los parqueaderos debidamente legalizados. La Corporación Autónoma Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare, Cornare, tiene contabilizados 23, según sostiene Javier Valencia, subdirector general de Servicio al Cliente.
Estrategias de mercado
La competencia abierta lleva a los administradores a impulsar estrategias: el quinto día gratis, descuentos del 10% y 20% cuando llegan al sitio 5 o más carros de una familia y la recogida y el traslado rápido al aeropuerto internacional.
El paquete de servicios con valor agregado incluye, además, puntos que pueden redimirse en un futuro centro de diagnóstico automotriz CDA, que se está construyendo en el parqueadero Bipex.
La excelente atención, la seguridad de que cualquier elemento olvidado lo espera hasta su regreso, son también acciones para captar clientes, explica Mery Caro, administradora de parking el Túnel.
Desde las llaves hasta los teléfonos inteligentes forman parte del abanico de los elementos olvidados: tabletas, billeteras, sacos, chaquetas, cámaras fotográficas, bufandas y el kit de insulina son dejados.
De igual forma, hay cámaras de seguridad y ningún extraño ingresa al sitio sin autorización, de acuerdo con Verónica Peláez, administradora de La Glorieta.
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