No solo sorprende que hayan asesinado a un menor de 11 años de edad. Asombran los móviles y la modalidad del asesinato: al parecer, por un altercado con otro joven de 18 años en el uso de un televisor. Y viene lo más salvaje: se reporta la violación del pequeño y un posterior ataque de más de una veintena de puñaladas. Aberrante, abominable.
La comunidad de ese municipio del nordeste antioqueño amaneció indignada y en una consternación profunda ante un hecho tan aborrecible y despiadado.
Por fortuna, la Policía actuó prontamente y capturó al presunto autor del homicidio. Ahora se esperan la judicialización del sindicado y las investigaciones de rigor, con el ánimo de que tal atrocidad no quede impune. No puede ser que se asesine a un niño de esa manera.
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