Si usted mira la tabla de artilleros de las eliminatorias suramericanas para el Mundial de Sudáfrica-2010, en las que el conjunto tricolor solo lleva cuatro tantos en 10 partidos, de inmediato piensa que los goleadores colombianos están en vías de extinción.
Y es que sumar cuatro encuentros sin anotaciones y ver que el jugador más efectivo de la Selección de mayores frente a los arcos contrarios es el lateral Rubén Bustos, autor de dos goles de tiro libre, genera dudas e incertidumbre.
Pensar en Iván René Valenciano, el Tren Valencia, Arnoldo Iguarán, Anthony de Ávila, Faustino Asprilla y Víctor Aristizábal, para solo mencionar algunos, causa nostalgia en estos momentos de físico ayuno.
Sin embargo, un especialista en la fundamentación, como Nelson Gallego, y un ex atacante, como Arnoldo Iguarán, rechazan esta teoría y coinciden en que la falta de continuidad, sumado a otros factores, afecta a los hombres que permiten celebrar.
Gallego va más allá del asunto y asegura que los planteamientos tácticos que emplean los seleccionadores nacionales representan la principal causa de esa agonía en los arcos rivales y advierte que, de no cambiar, ni el más superdotado podría ser efectivo en un equipo que juega a la defensiva.
Y menciona la actual generación, integrada por Hugo Rodallega, Falcao García, Dayro Moreno, Wason Rentería, Fredy Montero, Edixon Perea y Carlos Darwin Quintero, además de otros futbolistas con más experiencia como Juan Pablo Ángel, Milton Rodríguez y Sergio Herrera que podrían resolver el principal problema que tiene el técnico Eduardo Lara.
El diagnóstico es simple, señala Nelson Gallego, actual asistente de Luis Fernando Suárez en el Pereira: "las selecciones de Colombia quieren meter goles, pero no quieren poner jugadores para que los conviertan".
Según él, a Hugo Rodallega, quien no estuvo en la última convocatoria, lo traen desde México, donde rinde con el Necaxa porque el sistema de su elenco lo beneficia y, luego, a los dos encuentros, lo desechan porque no aporta goles.
Gallego también hace referencia a la situación de Giovanny Hernández, figura del Junior, quien no ha podido mostrar su dimensión vestido de amarillo, azul y rojo, como eje y surtidor de los delanteros.
"Es que para meter goles, aparte de buenos jugadores, hay que tener volumen ofensivo", agrega el forjador de Víctor Hugo Aristizábal.
Este especialista recuerda que jugar con un solo delantero, con un volante ofensivo, con laterales que no se proyectan, con mediocampistas que no pasan la línea defensiva y zagueros que nunca se lanzan al ataque es casi imposible que los artilleros se destaquen.
"¿Cómo es posible que Giovanny tenga que superar a cinco o seis rivales para poner a los delanteros en posición del gol? Hay que tener alternativas: buscar rebotes, tirar de media y larga distancia, en fin, mucha formas de fabricar los goles. Pero en Colombia solo se piensa en trabajar la defensa. Así no podemos ir más allá", admite.
Los casos excepcionales, de acuerdo con el planteamiento de este estratega, "son porque los delanteros se la rebuscan".
Reflexión de ídolos
Arnoldo Iguarán, máximo goleador de la Selección Colombia en la historia, no duda en señalar que "goleadores en Colombia sí hay. Lo que sucede es que los delanteros no tienen conexión con los volantes 10 que son los que lo ponen a vivir a uno, como se dice en el fútbol".
Iguarán también pide a la gente entender que los deportistas tienen rachas buenas y malas, "pero cuando los goles no llegan hay que trabajar para recuperarlos".
Sobre la continuidad, advierte que los técnicos deben creer en sus goleadores, meterlos a jugar, aguantarlos".
Anthony De Ávila, símbolo del gol en Colombia, es de los que piensan que más que falta de trabajo, todo pasa por las condiciones y la mentalidad. Se extraña de que un deportista brille en sus clubes y a la hora de ir a la Selección baje el rendimiento.
Y acepta que en el combinado patrio se juega bajo presión, pero reconoce que también hay mucho conformismo de los artilleros.
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