Más allá del anuncio de unos avances parciales en los diálogos exploratorios que adelanta el Gobierno con el Eln, lo que sobresale es que este grupo guerrillero —que ha tirado la puerta a otros diálogos en el pasado— acepta, hasta ahora, las condiciones de Santos para adelantar un proceso que conduzca a la terminación del conflicto.
Así se entiende ya que en el comunicado de ayer, el Gobierno y esa guerrilla establecen primero los puntos de víctimas y de la participación de la sociedad, en una agenda que se discutiría si se instala formalmente un diálogo de paz.
Es decir, los puntos que fueron incondicionales para el Eln en diálogos pasados, como la discusión de los recursos naturales y una "convención nacional del pueblo", no serán los primordiales en una mesa donde el Comando Central del Eln pacte dejar las armas.
Así lo entiende León Valencia, quien fue de la cúpula de esa guerrilla y se desmovilizó con una disidencia en 1994.
"La novedad es que estén en primer lugar las víctimas donde ellos ponían el tema de los recursos naturales en el primer orden. Las víctimas son hoy el centro de atención del conflicto", dijo Valencia quien dirige la Fundación Paz y Reconciliación.
Los inamovibles
Otro de los elementos que indican que la guerrilla del "Cura Pérez" está aceptando el modelo de negociación de este Gobierno, es que si quieren empezar un proceso de paz deben consentir, sí solo sí, "las condiciones necesarias" que explicó ayer el presidente Juan Manuel Santos. Sobre esa base el Eln está embarcado con el Gobierno
Estas son las condiciones: que la negociación sea para terminar el conflicto, que ese grupo armado haga una dejación de las armas y reparen a las víctimas. También que el proceso se desarrolle fuera del país y no haya cese al fuego bilateral ni despeje. Y finalmente que en esos diálogos formales no será objeto de discusión —condición que también el Gobierno le impuso a las Farc— la Constitución, el modelo económico y la doctrina de las Fuerzas Armadas.
Por lo anteriormente dicho, por ahora se despeja la duda —de si habrá impunidad, se transará los pilares de la democracia y la economía— por el primer comunicado conjunto en que ambas partes explican que están en los diálogos exploratorios para "acordar una agenda y el diseño del proceso que haga viable el fin del conflicto, y la construcción de la paz estable y duradera para Colombia".
La comunidad internacional recibió con beneplácito el anuncio de los avances en los diálogos con el Eln. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, indicó que aguarda que la decisión de Eln y Gobierno "contribuya a terminar con el conflicto armado más prolongado del hemisferio y a construir una paz para el pueblo colombiano".
Por ahora se desconoce el país que sería sede del eventual proceso y los demás acompañantes y garantes. Tampoco se sabe de manera oficial el nombre de los delegados del Eln y del Gobierno.
Efecto político
Desde ya se interpreta que lo anunciado por Gobierno-Eln busca dos efectos sobre la opinión pública. El primero que es darle un impulso a los diálogos, cuando faltan cuatro días para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, y la intención de ese grupo guerrillero que "en el caso de que Zuluaga quede de presidente, exista un compromiso público del Estado frente a los diálogos exploratorios", reiteró León Valencia.
Un compromiso que esta guerrilla quiere que quede sellado, la misma que sobrevive a las operaciones militares, que está totalmente replegada con sus 1.383 hombres, y que pasó de las aventuras de secuestrar un avión y hacer secuestros masivos en las principales vías, a ataques esporádicos de oleoductos y emboscadas.
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