Después de un sueño de casi cuatro meses, luego del revoloteo que ocasionó la operación Jaque, el tema del intercambio humanitario volvió a los pasillos de la Casa de Nariño.
Orlando Beltrán y Consuelo González de Perdomo fueron quienes se encargaron de ventilarlo, preocupados por la salud de su colega Óscar Tulio Lizcano, cautivo por las Farc desde hace ocho años.
Ellos, liberados a comienzos de este año, le llevaron al comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, un paquete de propuestas para reactivar el canje a través de una mediación de la comunidad internacional, cuestión que, según ha dicho el mismo presidente Álvaro Uribe, ha quedado descartada para el Gobierno.
Consuelo González dijo que "desde que se supo sobre la enfermedad de Óscar Tulio creímos importante conversar con el Comisionado de Paz para que nos comentara qué acciones se habían hecho, pero además queríamos decirle que la acción de la comunidad internacional es determinante para la liberación de los compañeros".
De hecho Jorge Géchem, también liberado el pasado 27 de febrero, dijo ayer que países como Venezuela, Cuba y Costa Rica están interesados en hacer parte de esa mediación.
Álvaro Villarraga, politólogo y presidente de la Fundación Cultura Democrática, no duda en que la mediación internacional es por ahora el único camino viable para la liberación de los secuestrados, y asegura que "aunque el Presidente ha mostrado indisposición y cierta negativa al entendimiento tanto con mediadores internos como internacionales, veo absolutamente improbable otra opción que no sea con mediación, especialmente internacional".
Villarraga insiste en este camino pues no hay, hoy, un entendimiento con las Farc:
"Ya inclusive el Comisionado insinuaba que habían en marcha unos contactos con las Farc (para liberar a Lizcano) y las Farc lo desmintieron", anota.
Y añade que "con mediación interna creo que es improbable pensar que se pueda conseguir (el acuerdo). La única puerta que existe con las Farc tiene que ser por conducto internacional y creo que no aceptarían una mediación de bajo perfil".
El padre Darío Echeverri, de la Comisión de Conciliación, piensa distinto.
"La facilitación internacional no logró sus propósitos y distrajo a los colombianos del cumplimiento de sus deberes. Se priorizó el tema del intercambio y se dejó de lado el tema de paz y reconciliación, y esa es obligación de los colombianos".
Por eso el padre Echeverri opina que lo realmente necesario es volver a la naturaleza humanitaria del intercambio y no a los intereses políticos de los cuales, según él, han hecho parte hasta los mismos medios de comunicación.
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