La Furia Verde ganó. Iba con sus flores arriba y en la mitad, con banderas que cargaban naranjas y limones. De Támesis, decía en la parte de arriba, y con sus arabescos de chiva repartidos de arriba abajo, de lado a lado.
Según los jurados, ganó “porque tiene menos cromo que otras de las participantes, la pintura es original y es un carro de 1956 que se ha conservado muy bien físicamente”. Iba perfecta, como recién pintada.
Así recorrió las calles de Medellín, primero pasó por el sector Centro Automotriz, después la Avenida Regional hacia el Norte, hasta la calle 44 San Juan, a la altura de EPM, para devolverse al punto de partida. La acompañaron 54 carros de escaleras más, desde las 2:00 p.m.
El desfile de Chivas y Flores busca promover el reconocimiento de estos carros como patrimonio cultural. En algunos municipios de Antioquia aún se usan como transporte rural, mientras en las ciudades se han vuelto rumberas, para ir bailando mientras dan vueltas por las calles. Viajar en chiva es un paseo en el que el pasajero disfruta de la naturaleza, acompañado, muchas veces, del polvo de las carreteras destapadas. De Antioquia, Andes es el municipio que más tiene: 55.
Estos vehículos de escaleras tienen nombre. Según Humberto Moncada, jurado del concurso de chivas, “la selección del nombre se da, por lo general, de forma espontánea y tiene que ver con cada propietario”. Entre los más comunes están La primorosa, La cariñosa, La pequeñita, El pirata negro, La paisita, El pez. Y La Furia Verde .