Una inesperada noticia golpeó el corazón de los amantes a la música en Bolivia: Alan Rupp, el reconocido imitador de Leonardo Favio y ganador de la cuarta temporada de ‘Yo Me Llamo’ en Bolivia en 2019, falleció el pasado sábado.
La causa de su deceso aún no ha sido confirmada, pero medios locales señalaron que se pudo tratar de un ataque cardiaco fulminante.
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Su partida llevó a la conmoción a sus excompañeros y a una legión de seguidores que durante este lunes también lo despidieron con profundo cariño, recordando su talento y carisma inigualables.
Rupp se ganó el aprecio del público boliviano con su impecable interpretación del icónico cantante argentino en el popular reality de imitaciones de la red UNITEL.
Su actuación no solo le valió los elogios de jueces y espectadores, sino que también catapultó su carrera, permitiéndole llevar la esencia de Leonardo Favio a escenarios de Bolivia y más allá de sus fronteras.
Una conexión musical que nació en casa
La historia de Alan con Leonardo Favio, según él mismo relató en su última visita a UNITEL, se remonta a su infancia. Fue su padre, miembro del grupo Águilas de Bolivia y ferviente intérprete de las canciones del artista argentino, quien sembró la semilla de esa conexión musical.
Esa cercanía lo llevó a aprenderse las letras y, con el tiempo, a pulir una imitación que se volvería su sello tanto personal como profesional.
La oportunidad de participar en ‘Yo Me Llamo’ en Bolivia surgió de una manera casi fortuita. Rupp contó a los medios que su cuñado lo animó a ir a las audiciones solo para acompañarlo, y en la fila, le propuso que también se presentara. Y sin esperarlo, fue seleccionado.
El programa se convirtió en su plataforma, no solo para perfeccionar su personaje, sino también para superar su timidez, puliendo una faceta artística que lo hizo brillar en los escenarios.
Un último adiós con melodías y emociones
El fallecimiento de Alan Rupp desató una ola de reacciones en su país. Su última despedida tuvo lugar el pasado domingo 15 de junio, donde sus compañeros de competencia le rindieron un emotivo homenaje musical.
En el cementerio, entonaron varias canciones que los hicieron destacar en el reality, y para cerrar el conmovedor adiós, se escuchó un audio con la voz del propio Alan, inmortalizando uno de los “momentos dorados de su carrera”.
Familiares, amigos y fanáticos resaltaron su humildad, entrega y el profundo cariño que supo cosechar a lo largo de los años, llevando con orgullo la voz y el legado de uno de los íconos más queridos de la música latinoamericana.
