Hay quienes dicen que una motocicleta brinda la sensación de libertad. Esa es una motivación para andar en ellas. Otra es ir de viaje por las regiones del país conociendo culturas y paisajes; también trabajar yendo y viniendo en la ciudad o ir a la universidad, la oficina o la fábrica.
Para cada necesidad hay uno de estos vehículos cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX.
Alejandro Jaramillo, jefe Nacional de Ventas de AKT, presente en la Feria de las 2 Ruedas, señala que quien desee comprar una moto requiere tener claridad sobre el para qué la quiere, qué uso va a darle.
Así hay menos probabilidades de que, en lugar de llevarlo y traerlo, le lleve y le traiga insatisfacciones.
Si el anhelo es ir de paseo los fines de semana a otras regiones del país, la Costa o el Eje Cafetero, por ejemplo, la ideal es una tipo enduro, de llantas altas, cómoda para el pasajero y de buen comportamiento en caminos urbanos y rurales.
Cuando lo que se pretende es dedicarse al trabajo pesado, el de mototaxista o mensajero, la más indicada es una urbana, básica, que es liviana, rápida y económica.
Hay algunas de estas, sostiene Jaramillo, en las que garantizan un rendimiento de más de 330 kilómetros de recorrido por galón de gasolina.
Son las mismas que sugiere para ir al lugar de trabajo y regresar a casa al final de la jornada.
Entre las motos existen algunas automáticas, que no requieren que les accionen los cambios, y otras semiautomáticas, que sí lo necesitan, pero no el embrague.