Solo hasta después de Semana Santa, cuando hayan analizado las encuestas posconsultas e intentado enamorar con sus votos a varios candidatos ya comprometidos, el Partido de la U, que hoy es como una novia plantada, decidirá quedarse con quien les de el sí.
Pero no serán el partido oficial de nadie, o la esposa propia, porque ya todos los presidenciables tienen aval seguro, aunque sí intentarán compartir su aval y su cariño electoral. Hasta el momento solo les han hecho guiño en la campaña de Germán Vargas.
El presidente de la colectividad, Aurelio Iragorri, fue delegado por la bancada para que arregle la boda, a cómo de lugar y lo más pronto posible, y le pidieron visitar a De la Calle, Vargas y Duque. Lo peor que les podría pasar es que para esta nueva etapa se queden solterones, y menos luego de haber disfrutado por 12 años de las mieles del matrimonio con el poder.
En la campaña de Humberto de la Calle dicen que fue Iragorri quien buscó la cita con el candidato presidencial, y aunque al final del encuentro salió a respaldar de manera irrestricta los esfuerzos que fortalezcan la paz, no entienden allá como ahora quieran también galantear con Vargas y con Iván Duque, ambos críticos del Acuerdo, el primero desde el año pasado y el segundo desde siempre.
Sobre el particular Duque le dijo a EL COLOMBIANO que a él le interesa es la coalición que se construye todos los días, combinando el afecto de la ciudadanía por su propuesta, y de él por la gente.
Pero su encuentro con Iragorri podría darse. El senador José Obdulio Gaviria (Centro Democrático), afirmó que en un realineamiento de 5 fuerzas en 2, es normal cualquier acercamiento. “Tenemos claro en qué se puede ceder y qué es intransigible. Por eso va a ser normal que oigamos a todos y establezcamos los puntos de encuentro y los de diferencia. Con el partido de La U son más las diferencias”, dijo.
¿Qué ponen? ¿Qué quitan?
La U ya no es la principal fuerza política del país, como en los últimos ocho años, pero sí quedaron 39 congresistas, apalancados por 1.853.357 de votos, un potencial que todos los candidatos quisieran. ¿Por qué entonces no los están llamando de todas campañas?
Para Nury Astrid Gómez, politóloga y especialista en Comunicación Política, La U no es una colectividad partidista que arrastre votos por ideología, sino una agregación de figuras individuales con influencias en algunos territorios, y por eso se dispersarán.
“A la campañas que lleguen no sumarán significativamente votos, excepto en regiones donde obtuvieron votación importante. Lo que sí es cierto es que, sumen a quien le sumen, los demás candidatos cobrarán caro su llegada porque es el partido del presidente Juan Manuel Santos”.
Pese a que esta colectividad la fundó Juan Manuel Santos en 2005 para apalancar la reelección del entonces presidente Álvaro Uribe, en el 2011 se distanciaron del expresidente y rodearon al actual mandatario.
Para Bibiana Clavijo, docente de Marketing Político, La U suma un buen número de votos y tiene una maquinaria muy bien afinada, aunque tiene la carga negativa que dan ocho años de gobierno, más la de los miembros del partido que siguen pareciendo gamonales electos por voto clientelar.
“Suman votos clientelares, pero te restan votos de opinión. La pregunta está en dónde tienen las campañas mayor caudal”, precisó Clavijo.
Ramón Salazar, docente de Análisis del Discurso de la U. de Antioquia, el Partido Liberal se presenta como el actor más idóneo para establecer puentes con la U; no obstante, la poca fuerza con la que cuenta el candidato liberal, hacen que este escenario no resulte el más apetecido.
Congresistas, indecisos
Este diario le consultó a cinco congresistas de La U, y ninguno quiso comprometerse con una opción en particular. Berner Zambrano manifestó que le dieron facultades a Iragorri para adelantar conversaciones con los candidatos, “para luego tomar determinaciones”.
Germán Hoyos afirmó que espera que haya unidad “para poder inclinar y pasar a la segunda vuelta”, mientras que Alfredo Deluque precisó que están entre Duque y Vargas. “Vargas tiene mejor posicionamiento interno, pero esperemos”.
Para David Name hoy no hay unidad y por eso podría haber dispersión. Al respecto Juan Felipe Lemos manifestó que los miembros de la colectividad, la anterior y la nueva bancada, después de que pase Semana Santa, tomarán, en bloque, la decisión. “Es natural que existan preferencias por unos y otros”.
Si no toman una decisión pronta y en bloque, perderían fuerza para negociar y la posible boda no tendría el impacto deseado.