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Administrar y gerenciar son verbos claves en el perfil del nuevo dirigente deportivo, teniendo en cuenta, entre otras cosas, que los presupuestos destinados a esta área, en algunos casos, no son muy cuantiosos y se deben optimizar.
Según especialistas consultados, el empirismo ya no es suficiente a la hora de liderar un proyecto que en realidad tenga aspiraciones de obtener resultados concretos y ofrecerle campeones al país.
Desde la óptica de Norbey Rodríguez, director ejecutivo de la Liga de Ajedrez de Antioquia, es “fundamental” la formación de los jefes corporativos en los clubes y ligas nacionales. Señala que ha pasado que en estas instituciones ponen al frente a un deportista después de que ha cumplido un ciclo competitivo y sin ninguna preparación académica.
Además, a su juicio, en Colombia “estamos estancados en ese tema porque se está politizando y así no vamos a llegar a nada”.
Comenta que en la atmósfera administrativa “se puede ver, por ejemplo, a un médico o un virólogo siendo gerente de una liga, aunque lo hacen más por estatus que por tener conocimiento”.
Entre quienes cuentan con recorrido y experiencia está Héctor Monroy, director ejecutivo de la Liga de Tenis de Campo de Antioquia, quien asegura que los encargados de “orientar el barco” deberían tener una formación idónea, al menos, en cerca de cinco líneas del conocimiento.
La primera –enumera– tiene que ver con el comportamiento humano desde los campos de la Sicología y la Sociología. La segunda, manejo técnico de la disciplina en la que orienta. La tercera, conocimiento biomédico que, desde la perspectiva de la salud, le permita identificar beneficios y contraindicaciones de la exigencia competitiva y, adicionalmente, lo faculte para interpretar las cargas físicas.
La cuarta –prosigue–, habilidades administrativas con miras a comprender los objetivos trazados. Y la quinta, formación financiera para la adecuada gestión monetaria. Frente a este último tópico, Monroy subraya que “los recursos son la base para la obtención de los logros”.
Julio Roberto Gómez, presidente del equipo de ciclismo Colnago, y también con trayectoria en atletismo (Liga de Antioquia y Federación nacional e internacional), fútbol (expresidente del Medellín) y como exgerente de Indeportes Antioquia, advierte sobre la necesidad de actualizar los conocimientos con frecuencia cuando se lleva la batuta organizacional de una institución.
Coincide con sus colegas en que es prácticamente imposible fijar objetivos claros y orientarse hacia ellos sin preparación académica adecuada.
Así las cosas, desde la óptica de estos dirigente, es riesgoso designar un responsable que no tenga los pergaminos necesarios puesto que no sabrá cómo trazar un buen marco deportivo y eso afectará la calidad de los atletas.
Uno de los casos reales en cuanto a dirigencia deportiva en el ámbito del fútbol es Alejandro Domínguez, actual presidente de la Conmebol. En su perfil académico se reseña su formación como economista y su maestría en administración de empresas.
Por el lado nacional, se puede resaltar a Ernesto Lucena, actual ministro del Deporte, quien es abogado y cuenta con maestría en Administración de Empresas. Además, fue deportista de alto rendimiento en squash.
Este artículo fue realizado bajo la dirección de Francisco Maturana, para el aniversario 109 de EL COLOMBIANO.