Los ciudades: una al sur y otra al norte. En el sur las familias son pequeñas, gozan de altos niveles de educación, transporte privado, buenos ingresos y viviendas amplias. En el norte, la radiografía es la opuesta: son familias numerosas, con educación básica, bajos ingresos, viven en casas pequeñas y tienen una elevada percepción de inseguridad.
A estas dos ciudades las une un bien común: una excelente cobertura de servicios públicos domiciliarios.
Estos son algunos de los hallazgos del grupo Research in Spatial Economics (RiSE) y sus novedosos métodos de análisis socio-económico. RiSE es dirigido por Juan Carlos Duque, profesor de Economía, quien destaca que lo crítico en Medellín es la combinación de desigualdad, no solo de ingresos, con segregación (norte-sur). Con el gran agravante de que la gran concentración de población infantil está en el norte.
“No es aceptable que en Medellín tu destino dependa en buena medida de en cuál de esas dos ciudades naciste. Dos niños que nazcan con iguales capacidades pero separados entre norte y sur, tendrán futuros muy diferentes. Eso no es justo y la sociedad no lo puede permitir”, dice.
El profesor destaca que “aunque hay programas como Buen Comienzo, parques biblioteca, metrocable, las guarderías, entre otros; hace falta un impulso mayor para cambiar esta tendencia y lograr que estos niños que están en las zonas vulnerables tengan un mejor futuro” .
