El baloncesto mundial, pero en especial la NBA, continúa en estado de conmoción tras la inesperada noticia sobre Victor Wembanyama, la joven estrella de los San Antonio Spurs, quien se perderá el resto de la temporada debido a una trombosis venosa profunda en su hombro derecho.
El pívot francés de 21 años y 2.21 metros de estatura venía demostrado un desempeño sobresaliente en su segunda temporada en la NBA y se perfilaba como un candidato sólido para el premio al Jugador Defensivo del Año. Sin embargo, al no cumplir con el mínimo de 65 partidos requeridos, su elegibilidad para este y otros galardones queda anulada.
La ausencia de Wembanyama representa un golpe significativo para las aspiraciones de los Spurs en la presente temporada. Con un registro de 24 victorias y 31 derrotas, el equipo se ubica en la duodécima posición de la Conferencia Oeste, y la pérdida de su jugador franquicia puede complicar aún más sus posibilidades de avanzar a los playoffs.
Como ya se había reseñado, la trombosis venosa profunda es una afección seria que implica la formación de coágulos sanguíneos en venas profundas, que si no se detecta y se trata a tiempo, dichos coágulos pueden llegar a los pulmones, provocar embolia pulmonar o en otros casos, ataques cardíacos.
Afortunadamente para “Wemby”, la rápida intervención del equipo médico de los Spurs permitió identificar y tratar la afección antes de que se produjeran complicaciones mayores. La trombosis venosa puede ser causada por factores hereditarios, traumatismos como fracturas, lesiones musculares o también por transtornos que son autoinmunes como el lupus.
Esta situación no es inédita en la NBA. Jugadores como Brandon Ingram (hoy en los Raptors de Toronto) y Chris Bosh (ya retirado y miembro del Salón de la Fama) han enfrentado desafíos similares. Mientras Ingram logró regresar a las canchas tras su recuperación, Bosh se vio obligado a dejar el baloncesto profesional prematuramente debido a recurrencias de coágulos.
A todo el drama en torno a Victor Wembanyama, hay que sumarle la situación de Gregg Popovich. El histórico entrenador de 75 años que llevó a los Spurs a ganar 5 anillos de campeón en la NBA (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014) tampoco volverá a dirigir en lo que resta de temporada, debido a un derrame cerebral sufrido el 2 de noviembre.
Aunque se confirmó desde su entorno que está fuera de peligro, tendrá que continuar en proceso de recuperación. Informaciones recientes de ESPN en programas deportivos aseguran que su continuidad en la NBA es una incógnita.
Según indican varios expertos en medicina, un venograma ayudará a localizar con precisión el coágulo para tomar decisiones con respecto a su tamaño.
Un venograma es un examen por rayos X que involucra la inyección de material de contraste dentro de una vena para mostrar cómo fluye la sangre a través de las venas.
El tratamiento que podría aplicarse en Victor Wembanyama, primero con anticoagulantes intravenosos y después por vía oral, tendría una duración cercana a los tres meses. Luego de este tiempo, se reevalúa y si quedan vestigios de coágulos el tratamiento se extendería por otros tres meses. Hay optimismo para su recuperación.
