Los últimos 18 meses en la vida del saltador antioqueño Juan Guillermo Ríos fueron toda una prueba luego de sufrir una lesión en su hombro izquierdo que lo obligó a pasar por el quirófano y a permanecer más de un año en proceso de recuperación.
Por ello el viaje a Cali, donde disputó, el fin de semana, el Nacional de clavados, revivió en el deportista la emoción de estar concentrado, de competir y volver al triunfo.
Actuar junto a Víctor Hugo Ortega, con quien ajusta cuatro años como compañero de saltos, también le dio confianza y lo anima a ilusionarse con Tokio-2020.
“Me sentí muy tranquilo a pesar de llevar tanto tiempo sin competir. Esto es como montar bicicleta, nunca se te olvida. Con Víctor, a quien conozco bien, venía haciendo un trabajo extraordinario y el cual ahora hemos retomado”, dijo Ríos.
El oro en la plataforma sincronizada 10 metros no lo sorprendió como sí el bronce que logró en individual, pues pese al receso demuestra que sigue siendo competitivo. Y está feliz.
Las medallas se las dedica a su familia, su novia Carolina Murillo, saltadora como él, sus entrenadores, fisioterapeutas y a las personas de la Liga y Federación que nunca lo dejaron solo, ni moral ni económicamente, lo cual le permitió completar una recuperación satisfactoria, pensando siempre en dejar en alto el nombre de Antioquia y del país.
Ahora sus metas cercanas son el Suramericano -por definr sede- y Centroamericanos de 2018 en Barranquilla, con los cuales arrancará el ciclo rumbo a Olímpicos.
Por eso, y aunque las competencias de 2017 finalizaron, seguirá entrenando hasta finales de diciembre y retornará en los primeros días de enero, pues quiere recuperar el tiempo que estuvo por fuera. Con su compañero de fórmula, no quiere perder tiempo para seguir puliendo sus saltos.
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