Por JHEYNER A. DURANGO HURTADO
Hace poco tiempo, tal vez no más de dos años, los objetivos a los que apuntaba Nora Valdez empezaron a nublarse.
Considerada como una de las promesas del tiro con arco en Colombia, se vio en una encrucijada: dejar el deporte de alta competencia o trabajar mínimo ocho horas para subsistir y terminar sus estudios universitarios.
En ese instante, recuerda, el enfoque comenzó a perderse cuando le retiraron los apoyos económicos que recibía. Luego comenzó la cuarentena obligatoria por prevención al contagio del coronavirus, y el encierro y el no saber qué pasaría con su carrera deportiva la estaban atormentando.
Sin embargo, el amparo de manos amigas, entre las que destaca las de su familia, profesionales de la salud, pareja y compañeros que la rodean, comenta, fueron las que la ayudaron a no bajar la guardia y a salir del bache en el que se encontraba.
Ahora, es campeona de Copa Mundo, título que logró hace 20 días en Guatemala en la modalidad compuesto individual, y también medallista de oro panamericana, premio que alcanzó, una semana después, en México.
En charla con EL COLOMBIANO, la cartagenera de nacimiento y bogotana de corazón, quien compite en este momento en el Ranquin Mundial en Medellín, habló del buen momento por el que atraviesa en el deporte, de los obstáculos que tuvo que superar así como de los retos que se traza para seguir aspirando a logros grandes y ser fuente de inspiración.
¿Qué siente saber que está viviendo, quizá, su mejor momento como deportista?
“Este es el resultado de mucho sufrimiento, sacrificio. Me hizo dar cuenta que la constancia y amor que le he tenido al deporte en todos estos años valió la pena. Siempre expresé que deseaba estar en puestos de honor, pero nunca veía cuándo iba a ser. Estar tan estable en la categoría individual me ha sentir que los sueños sí se pueden hacer realidad, y todo ello me llena de fortaleza para seguir luchando por esto que tanto amo”.
¿Por qué habla de sufrimiento? ¿Vivió algún momento complejo en su camino como atleta?
“Claro que sí. Cuando después de casi un año de recuperarme de una lesión, y al retornar a competencias pero sin el nivel de antes, perdí todos los apoyos económicos. Anímica y motivacionalmente fue muy duro, me costaba continuar porque yo vivo sola, corro con todos mis gastos, y lo que me sucedió significaba o buscar un trabajo de ocho horas y tener que dejar el deporte o implementar otras estrategias para no abandonar el tiro con arco. Esto se sumó al comienzo de la pandemia, al encierro. Resultó difícil de afrontar”.
¿Cómo logró equilibrar esas cargas?
“Conté con la fortuna de tener el respaldo de familia, de un círculo de amigos, de mi novia y además de una sicóloga que me ayudaron en todo lo que está pasando. Todos pusieron su grano de arroz en mi recuperación emocional para poderme levantar y recuperar las razones por las cuales me incliné por este deporte. A pesar de tener al comienzo esa desmotivación, continué trabajando, más allá que me costara, nunca desistí y eso me mantuvo a flote”.
¿A qué estrategias se refiere y que le permitieron seguir vigente?
“Primero la parte mental para buscar las raíces de mis pensamientos negativos. Los sicólogos deportivos son pieza fundamental en este tema, y con la profesional que ayudó logré superar muchos obstáculos para tener más estabilidad como Nora, para luego pararlo al plano de Nora deportista, luego al de la profesional en Cine y Televisión, como también al de Nora como hija, hermana, amiga, novia, etcétera. Luego, en lo económico, y desde mi profesión, empecé a buscar trabajos y así logré mantenerme en el camino del deporte”.
Dice que el encierro por la pandemia la golpeó porque no podía realizar las prácticas deportivas con normalidad, por eso sorprenden aún más los logros que viene consiguiendo.
“El trabajo hecho por años estaba ahí, la cuestión era seguir explotándolo. Durante la pandemia la misión era no dejar perder el talento, alimentarlo día a día con los más mínimos gestos, desde disparar a dos metros en casa y hasta hacer el trabajo físico, con mi equipo de Bogotá, así fuera por videollamadas. Esas pequeñas cosas, me ayudaron a mantener encendida esa llama de pasión que siento por el arco”.
Una llama bastante encendida luego de ganar oro en Copa Mundo y en Panamericano, pues antes sus destacados resultados eran en la modalidad por equipos.