“Este es un caso de éxito, un proyecto que surgió ante la necesidad de motivar a los niños a entrenar”.
Luis Hernando Pulido
Presidente Liga Antioqueña de Arquería
Estos elementos, creados hace tres años para categorías de iniciación, son novedad en Juegos Departamentales.
“Este es un caso de éxito, un proyecto que surgió ante la necesidad de motivar a los niños a entrenar”.
Luis Hernando Pulido
Presidente Liga Antioqueña de Arquería
Por Jessica Quintero Serna
¿Qué no hace un padre por sus hijos? es una pregunta habitual que los papás usan cuando de cumplir un deseo de sus sucesores se trata. O un abuelo, en este caso, que ávido de apoyar a su nieto en la práctica de la arquería, se las ingenió para crear una pieza a la medida para que pudiera desarrollar sus habilidades.
Ese es el comienzo de la historia de los novedosos arcos que, desde hace tres años, empuñan los nuevos talentos en Antioquia.
La idea le surgió a don Héctor Darío Urán Durango luego de ver que José Miguel Montoya, quien por esa época tenía cinco años de edad, se sentía frustrado, a tan corta edad, por no poder tener un artefacto con el cual practicar bien su deporte.
“A diferencia de otras disciplinas en las que los implementos suelen ser genéricos, en la arquería se deben tener piezas a la medida de la longitud del brazo de cada deportista, entonces sucedió que tocaba recortar los existentes, que a veces eran muy caros, para que ellos pudieran entrenar”, contó don Héctor.
Opción que no prosperó
Ante la necesidad, los padres de familia de los niños que conformaban la categoría preinfantil (8 a 12 años) del club de la institución educativa Monseñor Jesús Iván Cadavid Gutiérrez de tiro al arco, del municipio del Urrao, comenzaron a discutir qué opciones tenían para motivar a los niños a mantenerse en el deporte y evitar que desertaran.
Ya existía una opción: tubos de PVC, con el que habían intentado armar un par de implementos.
Pero esta idea fracasó porque el material no era el más adecuado para construirlos.
“Tenían una vida útil muy corta y si se exponían mucho tiempo al sol, tendían a quebrarse y los niños podían lastimarse con ellos”, comentó Jheyner Urrego, entrenador y deportista del club.
Fue entonces cuando el técnico y don Héctor se pusieron en la tarea de hallar otro material para hacer los implementos y, en una conversación con un par de amigos, les recomendaron fibra de vidrio, que en la región era utilizada en cercos eléctricos.
Se acercaron a una ferretería, compraron fibra, cuerda, y se fueron a la sede del club a crear. Le tomaron medidas a José Miguel, usaron arcos de PVC de referencia, hicieron pruebas de flexibilidad y comenzaron a disparar. Dos días tardaron en el proceso.
“En una semana le hicimos varias modificaciones al primer diseño hasta que quedó listo”, dijo Jheyner.
José Miguel fue el primero en probarlo, a él le preguntaban cómo se sentía usándolo y si le pesaba mucho.
“Lo primero que nos dijo el niño cuando lo usó fue que las flechas ya no se le desviaban”, apuntó don Héctor.
Tras la aprobación del primer prototipo, que pesa una libra, construyeron cinco más para el resto de los menores que hacían parte del programa de iniciación. Esa fue la primera producción.
“Y aún los tenemos y se siguen usando en los entrenamientos”, señaló Jheyner.
El arco, de color amarillo, tiene una medida estándar de 120 centímetros, cuenta con anclajes de plásticos en sus terminales y una espuma para sostenerlo en la mitad. Lo complementa una lienza que permite sujetar la flecha y así poder ejecutar el disparo. Estos elementos tienen un tiempo de vida útil de entre cinco y siete años.
Aceptación de la Liga
Tras varios meses de implementación en Urrao, Jheyner y la presidenta del club, María Emma Serna, viajaron a Medellín con un grupo de deportistas para presentar el modelo a la Liga Antioqueña de Arquería.
El entrenador contó que el presidente de Liga, Luis Hernando Pulido, se sorprendió al ver el diseño y sobretodo, el material con el que se crearon. “Ese día también estaba presente un técnico de Selección Colombia al que el arco también le llamó mucho la atención. Les dejamos uno y lo presentaron ante la Federación, que finalmente aprobó su uso, inicialmente, en los Juegos Departamentales”, detalló la presidenta del club.
Pulido, por su parte, expresó que el diseño de los arcos “made in” Urrao, ha sido un alivio para los padres y un apoyo para el crecimiento de la arquería en la región, pues “abarata costos para la práctica y evita la deserción del deporte”.
Según Pulido, un arco importado para las categorías infantiles cuesta entre 200.000 y 400.000 pesos, mientras que los hechos en Urrao, que cumplen con la misma función, tienen un valor cercano a los 80.000.
En el tema deportivo, el dirigente señala que ha sido un caso de éxito, pues con ellos, los menores han desarrollado una mejor técnica.
“A nosotros no nos interesa que los niños hagan puntajes exorbitantes si no que tengan una buena técnica, que se vayan puliendo para que cuando cambien de categoría y usen arcos oficiales se adapten más fácil”, apuntó el presidente.
Una muestra del éxito del proceso con este aparato es que los menores de la categoría de 8 a 12 años, se enfrentan a deportistas de 14 a 15 años.
Por ahora, los implementos se utilizan de forma oficial en competencias de iniciación de la región. Y aunque su producción no es masiva, han despachado pedidos de hasta 30 arcos. Además de los encargos que hacen de otros municipios, clubes de Cundinamarca se han interesado en ellos.
Lo más satisfactorio, afirman sus creadores, es haber hecho un esfuerzo para hacer sentir a los menores parte del desarrollo de este deporte “y no aislarlos porque no existían elementos que se ajustaran a sus necesidades”, concluyó don Héctor, que todos los días disfruta de ver crecer a su nieto empuñando un arco “made in” Urrao n