Justo en su año de debut, 2011, el lanzador colombiano Julio Alberto Teherán fue protagonista de dos hechos que marcaron la historia de los Bravos de Atlanta: llegar a la cifra de 10 mil victorias en el béisbol mayor y dieciséis días después las 10 mil derrotas. Uno de los casos singulares en Grandes Ligas.
Sin embargo, ese año, el equipo bravo estuvo a punto de llegar a la postemporada, solo que en esa ocasión se atravesaron los Cardenales de San Luis, que se hicieron al comodín (una especie de repechaje con los equipos que no llegan a ser campeones divisionales) y Teherán pudo jugar cinco partidos, tres de ellos iniciados y uno ganado.
Ahí comenzó a dar puntadas del control de sus lanzamientos a tal punto que fue ratificado en el roster de 40 peloteros para la siguiente temporada (2012), en la que, estuvo a punto de clasificar a la parte final del campeonato que nuevamente se vio frustrada por los Cardenales, que se alzaron con el comodín de la Liga Nacional. Teherán tuvo menos acción (dos juegos únicamente).
“Siempre fue un muchacho que mostró control y buena velocidad en sus servicios”, cuenta Alberto Agamez, experto en béisbol.
El desquite para el pitcher cartagenero de 28 años, derecho y que se le apoda “El Caballo de Olaya” (barrio donde nació), fue en 2013. Con 30 partidos iniciados (pues normalmente se desempeña como lanzador abridor), dejó marca de 14 triunfos y 8 derrotas; pero lo más importante para la novena de Atlanta fue que pudo acceder, directamente, a la postemporada, ganando el título de la división Este. Fue la primera participación de Teherán en una parte final de la Gran Carpa, año en el que los Medias Rojas de Boston se consagraron campeones al derrotar en la Serie Mundial a los Cardenales.
De esa época hacia acá, el serpentinero colombiano continúa como soporte del staff de abridores de los Bravos. Es el único colombiano, de los 24 que han pasado por Grandes Ligas, que no ha cambiado de divisa en más de un año de vinculación. Lleva 9 campañas.
Seis años después, vuelve a una postemporada gracias a que los Bravos, armados para pelear no solo el banderín de la Liga sino el llamado Clásico de Otoño (Serie Mundial), han clasificado anticipadamente a esta fase del certamen.
Se une así a lo conseguido por los dos más grandes peloteros del país, Édgar Rentería y Orlando Cabrera, ambos retirados, quienes tuvieron presencia en más de una fase final (6 y 4 veces, respectivamente).
Este año ha actuado en 32 aperturas y su registro de ganados y perdidos está parejo (10-10, los restantes sin decisión), con 172 y un cuarto de innings lanzados, 142 hits y 75 carreras permitidas, 22 jonrones.
Al trabajo y a la disciplina. Así reseñó Teherán esta segunda presencia suya en postemporada. “El equipo está fuerte, tuvimos una buena temporada regular, muy pareja. Ahora viene lo más duro que es, primero, la lucha por el banderín de la Liga, pero estamos preparados”, manifestó para ESPN tras la celebración del título divisional, el decimoséptimo de la historia de esta franquicia que registra 17 banderines de liga (el último ganado en 1999).
Bravos registran 96 triunfos y 61 derrotas esta temporada, solo superado, en la Nacional, por los Dodgers que, en la división Oeste lleva 100 ganados y 56 caídas.
A la temporada regular le restan pocos días. El 29 de este mes será el cierre. El 1° de octubre se disputan los duelos de comodines con los que quedarán definidos los 8 equipos que iniciarán la lucha por los banderines ligueros.
